Un preso del Reino Unido pidió a las autoridades de su centro penitenciario que faciliten a los reclusos muñecas inflables para aliviar los efectos de la tensión sexual acumulada y evitar así que los reclusos, frustrados, caigan en la tentación de intentar “violaciones”.

Jack Swarez, el promotor de tan original idea, está cumpliendo una condena de 17 años por tráfico de drogas, y desde luego cree que su larga estancia en la cárcel resultaría más llevadera en compañía de una muñeca sexual.

La idea le surgió cuando vio un documental sobre hombres que vivían en compañía de muñecas sexuales.

Por eso Swarez cree que tener una muñeca inflable sería una buena idea: “Cada uno podría pasar la noche con su muñeca, ver alguna serie juntos, escuchar música… todo lo que normalmente se hace con una pareja”, dijo, explicando que los internos sólo tendrían acceso a sus muñecas el fin de semana.

Indica El Gráfico que Swarez fue encarcelado en 2012 cuando la policía descubrió que era el cerebro de una red de narcotraficantes que introducía heroína y cocaína al Reino Unido.