Venezuela, Corea del Norte y Chad fueron incluidos el domingo en una nueva lista de países con prohibición de viajes a Estados Unidos debido a su poca seguridad o falta de cooperación con las autoridades estadounidenses, informó el gobierno.

Washington impuso una prohibición total de viajes a los ciudadanos de Corea del Norte y Chad, mientras que las restricciones para Venezuela se limitan a los funcionarios de una larga lista de entidades del gobierno y a sus familiares.



Sudán, uno de los seis países de mayoría musulmana incluidos originalmente en la lista de prohibición de viajes, fue removido de la nómina, dejando solo a ocho naciones con impedimento total o parcial de viajar a Estados Unidos.



Los otros países incluidos en la prohibición eran Irán, Libia, Siria, Somalia y Yemen.

Hace pocos días, funcionarios del gobierno estadounidense habían anticipado que el presidente Donald Trump podría incluir a nuevos países en la lista de los que ya son afectados por la prohibición de ingreso a Estados Unidos, como parte de un controvertido decreto antiinmigración que expiraba este domingo.

Funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Seguridad Interior habían señalado el viernes que tenían identificados a un número de países que no pueden o no quieren someterse a los controles de seguridad exigidos para ingresar a territorio estadounidense.

El mandatario republicano había señalado a comienzos de año que necesitaba un período de 90 días de prohibición de ingreso al país de personas provenientes de seis naciones de mayoría musulmana (Siria, Libia, Irán, Sudán, Somalia y Yemen), así como de 120 días de prohibición de ingreso de refugiados de cualquier origen con el fin de definir nuevos filtros de admisión.

El viernes los funcionarios indicaron que un nuevo decreto presidencial pondría en marcha una «gama» de medidas que van desde controles más estrictos -como pedir el acceso a teléfonos celulares o a cuentas en las redes sociales- hasta una prohibición pura y simple.

Sin embargo, los funcionarios no adelantaron cuáles serían los nuevos países incluidos en la orden ejecutiva.

«El objetivo no es impedir definitivamente que viajeros de ciertos países vengan a Estados Unidos. El objetivo es proteger a los estadounidenses hasta que los gobiernos extranjeros se plieguen a nuestras demandas y no planteen más riesgos para la seguridad de Estados Unidos», explicó entonces Miles Taylor, asesora del Departamento de Seguridad Interior.

Tras cinco meses de litigios ante los tribunales, una versión corregida del decreto original entró en vigor el 29 de junio y expiraba este domingo.