El índice Topix de la Bolsa de Tokio ha evolucionado mejor que sus homólogos de otros países desarrollado en lo que llevamos de año, y con el yen japonés depreciándose sólo levemente frente al dólar estadounidense. Así, el principal motivo para el éxito del trading en acciones niponas este año han sido los beneficios corporativos. En los últimos meses, las revisiones al alza de las empresas se han situado en niveles no vistos en diez años.

Los sectores y segmentos que han visto las mayores mejoras son las químicas, automovilísticas, electrónica y precisión, así como las empresas de trading. Los analistas esperan más alegrías si el yen permanece en los niveles actuales frente al dólar (109,29).



Los expertos siguen apostando por el trading en Japón en parte porque las mejoras en gobierno corporativo pueden ser un impulsor del mercado en los próximos años, y no se trata sólo de mayores dividendos o de recompra de acciones propias, sino de las consecuencias de las Abenomics (política económica del presidente Abe) que pueden impulsar, por ejemplo, un uso del capital más eficiente para acrecentar la productividad (actualmente un 25% por debajo de la media de la OCDE)



Los motivos que explicarían la escasa productividad serían la brecha entre el sector manufacturero y el de servicios, la falta de dinamismo económico en las empresas más pequeñas y el escaso número de emprendedores en el mercado laboral.

Y es precisamente el problema demográfico de envejecimiento que sufre Japón el que puede jugar un papel principal en la mejora de la productividad del sector no manufacturero y de la rentabilidad del trading directo o a través de ETFs en el país del Sol Naciente. Porque existe un grupo enorme de empleados en torno a los 50 años -que son los más caros debido a los beneficios obtenidos durante su vida laboral y que resultan también los menos eficientes.

La cuestión entonces es que muchas empresas no manufactureras niponas tienen un problema de exceso de empleados, lo que reduce el interés por invertir en nuevas tecnologías con el fin de cambiar los perfiles y aumentar la productividad laboral. Dicho de otra manera, les sobra capital humano y les cuesta deshacerse de él. Por eso, habrían diversificados sus actividades con el fin de mantener a todos estos empleados activos.

De esta manera, el problema demográfico de Japón, que verá un gran número de empleados retirarse en los próximos diez años, debería ayudar a las empresas a volver a su nivel de empleo normales, liberando capital para invertir en una mejor productividad laboral y un renovado interés en sus negocios principales, lo que será clave para que se acreciente el trading sobre las compañías cotizadas.

Todo ello, indican los expertos, debería impulsar salarios reales más altos (buena inflación salarial) junto con la prioridad que Abe ha dado a las reformas del mercado laboral y eso se traduciría en una mayor rentabilidad en el trading sobre activos japoneses.