Se llaman Zhong Zhong y Hua Hua. Aunque son genéticamente iguales, no son gemelos y tampoco nacieron en la misma fecha, sino con dos semanas de diferencia -hace seis y ocho, respectivamente.

Son los primeros clones de mono creados con la técnica que dio lugar la conocida oveja Dolly, la transferencia nuclear de células somáticas (SCNT, de sus siglas en inglés), una técnica que aunque tiene ya más de 20 años, nunca se había practicado con éxito en monos, un excelente modelo de investigación clínica por su lógico parecido a los humanos.



Estos son Zhong Zhong y Hua Hua, los primeros monos clonados como Dolly

Este miércoles la revista Cell recoge el hito conseguido por investigadores del Academy of Sciences Institute of Neuroscience de Shangai (China), que han conseguido acabar con esta barrera y usar la SCNT para crear dos macacos idénticos a partir de los mismos fibroblastos de feto de su especie. Esto permitirá llevar a cabo investigación con poblaciones de monos genéticamente uniformes que se podrán modificar a la carta.

«Hay muchas preguntas sobre la biología de los primates que pueden responderse a partir del estudio de este modelo adicional», explica el autor principal del trabajo, Qiang Sun. «Puedes producir monos clonados con el mismo origen genético excepto el gen que quieras manipular.



Esto generará modelos reales no sólo para enfermedades del cerebro genéticas, sino también para patologías inmunes, metabólicas y cáncer y nos permitirá probar la eficacia de fármacos para ellas antes de usarlas en la clínica», añade.

Zhong Zhong y Hua Hua no son los primeros monos clonados. Este honor le pertenece a Tetra, un rhesus nacido en 1999 pero de otra técnica muy distinta, que se explicó con todo detalle un año después: la fragmentación del embrión, un proceso que imita la forma natural de hacer gemelos pero que tiene un importante inconveniente: no se pueden crear más de cuatro ejemplares según indica el diario El Español

Sun y sus colaboradores se han pasado tres años intentando superar las barreras inherentes a la aplicación de la SCNT en primates, para finalmente conseguirlo. «Probamos diferentes vías, pero sólo una funcionó. Hubo muchos fracasos antes de conseguir clonar un mono», señala el científico.