Madrid, España. Cuatro presuntos narcotraficantes comenzaron a ser juzgados este lunes en Madrid acusados de haber dejado morir a un hombre que había ingerido 67 cápsulas de cocaína, abrir su cadáver para recuperar la droga y abandonar su cadáver desmembrado en Francia.

La fiscalía solicitó 30 años de prisión en total contra el presunto jefe de la organización y 24 años contra sus tres supuestos socios, dos hombres y una mujer, su sobrina.



AFP/Archivos / Jorge Guerrero

Son juzgados por la Audiencia Nacional, alta jurisdicción con sede en la capital española, por los cargos de homicidio y delito contra la salud pública.

Según el auto de acusación, la víctima, Fernando Bernardo, servía de mula para la organización: desde 2011 había viajado con droga ingerida entre República Dominicana y España, y a partir de 2013, entre España y Suiza.



Drogadicto, el hombre había contraído una deuda de 14.000 euros con el presunto jefe de la red, instalado en Berna, Suiza.

Bajo la supervisión de los traficantes, Bernardo ingería las cápsulas de cocaína en un apartamento en Burgos (norte de España), para ser transportado en un vehículo hasta Suiza, donde expulsaba la droga.

Pero en julio de 2014, «cuando ya llevaba 67 cápsulas ingeridas, Fernando comenzó a sentirse mal» y «comenzó a vomitar y tener convulsiones», pero la pareja que lo vigilaba no pidió asistencia médica, sino que se limitó a notificar al jefe, según el auto.

Tras su fallecimiento, el líder de la banda efectuó «una laparatomía al cadáver para acceder al intestino» y recuperar las cápsulas.

Luego, los cuatro acusados «decapitaron y desmembraron el cadáver», que fue abandonado por el jefe en una zona boscosa en Francia, agregó el auto.