Un experimento en la aplicación de citas llamó la atención de los usuarios que sintieron curiosidad por una joven llamada Harmony.

Sin embargo, se llevaron una gran sorpresa cuando se dieron cuenta de que estaban siendo parte de una prueba. Cuáles fueron las respuestas de las personas ante la pregunta «¿tendría sexo con un robot?»

Harmony, la robot sexual que revolucionó la aplicación de citas y tuvo 92 interesados en su perfil e incluso interactuó con algunos de los usuarios

Un experimento social revolucionó a los usuarios de la aplicación de citas Tinder, quienes se sorprendieron al ver el perfil de una mujer de 21 años que respondía al nombre de Harmony.

La descripción, sin embargo, fue la gran sorpresa para los que decidían hacer ‘match’ y ponerse en contacto con la joven.

«Hola. Soy una robot anatómicamente correcta y sexualmente competente con la más avanzada inteligencia artificial. Estoy en Tinder para encontrar a chicos interesados en mí».

Acompañado por dos fotografías, el experimento estuvo en la aplicación durante dos horas y fue realizado por un cineasta estadounidense para el documental I Want My Sex Machine (Quiero mi máquina de sexo, en español).

Jimmy Mehiel es el cineasta neoyorquino que se encuentra realizando el documental sobre Harmony y toda la generación de sex robots que están creando un nuevo y popular mercado, así como una nueva concepción de la búsqueda del placer en todo el mundo.

El cineasta y promotor de la iniciativa contó al Daily Star que el perfil estuvo en la aplicación por dos horas, en las que Harmony consiguió 92 eventuales pretendientes. «El verdadero experimento, sin embargo, fue cuando respondí a todos los que habían hecho ‘match’ con un simple mensaje: ‘Una pregunta: ¿tendrías sexo con una robot?'», explicó.

La descripción rezaba: “Soy una robot anatómicamente correcta y sexualmente competente con la más avanzada inteligencia artificial.

Estoy en Tinder para encontrar a chicos interesados en mí”
Ante la pregunta de Mehiel, sólo 57 personas respondieron: 25 de ellos dijeron que no; 17 afirmaron que sí, y 15 sostuvieron que tal vez.

De este modo el 56% no estuvo en contra del sexo con un robot. Otras reacciones incluyeron insultos por parte de los usuarios.

Para Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, los avances tecnológicos también se meten en la cama creando máquinas cada vez más sofisticadas que pueden adaptarse a lo que el dueño quiera: movimientos, temperatura, poses, hasta la emisión de gemidos orgásmicos, entre otros. «Sin embargo, la interacción que se da en un encuentro erótico entre humanos jamás será reemplazada por un robot, por más complejidad que este posea», dijo en dialogo con Infobae.

La industria de los robots sexuales

La primera robot sexual de la historia fue presentada en 2010. Roxxxy –así denominada– generó un gran impacto en aquel entonces, ya que se la definió como la representación de la evolución de las muñecas inflables o de silicona. Este fue el primer ejemplar de otros tantos venideros en los que se fueron corrigiendo detalles, incrementando las funciones y mejorando el aspecto.

La industria pretende en cada diseño afinar aún más la interacción íntima entre humanos y artefactos tecnológicos.