Los actos violentos presenciados por niños y adolescentes pueden tener graves consecuencias, afirma la Dra. Carmen Ramírez al ser cuestionada sobre el particular.

Explicó que cuando exponemos los niños a violencia domestica y /o comunitaria se interrumpe su paz interior,  sometiéndoles  a un estrés que desborda los recursos que maneja el infante en tempranas etapas del desarrollo.

Ramírez resaltó, los efectos sobre las emociones y el comportamiento de un niño que presencia un acto violento que son: insomnio, pesadillas, cambios en los hábitos alimenticios (anorexia), se siente ansioso, irritable, baja su autoestima, se siente desvalido y desprotegido; prefiere estar solo, se aleja de su círculo de amigos, prefiere estar callado, pensativo, recuerda con frecuencia la escena del hecho y esto lo perturba.

Con el paso de los años, pueden presentar la enfermedad llamada trastorno de estrés traumático, consumo de alcohol y drogas, comportamiento violento-agresivo, ausentismo escolar y otras manifestaciones expreso, la profesional de la conducta.

La psiquiatra y también terapeuta familiar recomienda tener presente que en para evitar llegar a estas situaciones es necesario la intervención temprana de profesionales de la salud mental.