Delincuentes penetraron en la tarde de ayer lunes a la residencia de la periodista Claudia Fernández Lerebours, en el sector Altos de Arroyo Hondo Segundo, de donde cargaron con varias puertas del interior de la vivienda y produjeron otros daños.

Fernández Lerebours explicó que la casa permanecía deshabitada desde hace un mes y que no había nadie en ella al momento del robo, mientras la falta de vigilancia policial en el sector facilitó el saqueo perpetrado por los malhechores a plena luz del día.



Testigos del hecho indicaron que aparentemente fueron tres los individuos que participaron en el robo, quienes estacionaron una camioneta blanca frente a la residencia, traspasaron el jardín y penetraron al patio trasero, desde donde accedieron al interior de la casa y cometieron el desmantelamiento.

“Gracias a la vecina de la residencia contigua, que primero oyó los ruidos y luego salió a barrer el frente de su casa, los ladrones fueron vistos y al verse descubiertos abandonaron el lugar, con claros indicios de que eso evitó que continuaran su labor y violaran la vivienda aún más de lo que lo hicieron”, dijo Fernández Lerebours.



La profesional resaltó que el robo enfatiza la falta de vigilancia policial en el sector Altos de Arroyo Hondo II y la indefensión que padecen los residentes ante frecuentes robos y asaltos, pues una acción de ese tipo toma varias horas.

“Realizar un acto de esta naturaleza toma tiempo, lleva horas penetrar a una residencia y desmontar una cantidad de 7 puertas, lo que evidencia que los delincuentes operan a sus anchas porque saben que por ahí rara vez circule una patrulla policial que pudiera disuadirlos de cometer el hecho”, significó la dama.

Claudia Fernández Lerebours detalló que para penetrar a su vivienda los delincuentes destruyeron una cerca de púas, quitaron un barrote de hierro y rompieron una puerta de cristal, lo que sumado al robo de las puertas implica daños por aproximadamente 200 mil pesos.

Pidió a las autoridades policiales atrapar estos pillos y devolverle la tranquilidad y la confianza de que todavía hay esperanza de luchar y prosperar en el país, y no tener los ciudadanos de clase media que abandonarlo forzosamente, por el permanente riesgo de padecer un ataque contra la vida o la propiedad.