Se trata de Kizuna Ai, un personaje completamente virtual con millones de seguidores y cuyo éxito ha generado miles de imitaciones y una industria de los llamados youtubers o vtubers.

Kizuna Ai, la youtuber más popular en Japón, es una adolescente eterna, anatómicamente exagerada, con largas calcetas y una cinta en el pelo color rosa. Se trata de un personaje completamente virtual, que cobra vida por las acciones y la voz de una actriz ‘invisible’.



En el hogar del anime y el futurismo de Ghost in the Shell, millones siguen a Kizuna Ai en línea, y ese éxito ha generado miles de imitaciones y una industria que atiende a los llamados youtubers o vtubers.

Desafiando el modelo de streamers occidentales jóvenes y masculinos como PewDiePie y Ninja, Japón ha inventado una nueva clase de estrellas de streaming que son avatares digitales y animes interactivos.



«Lo que separa a los VTubers de los personajes de anime normales es que puedes creer que realmente existen», dijo Takeshi Osaka, fundador de Activ8, la compañía con sede en Tokio creadora de Kizuna Ai. «Esa presencia es una parte importante de lo que los hace tan atractivos», agregó.

Eludiendo el proceso de animación tradicional, que requiere mucho trabajo y mucho tiempo, poco adecuado para el mundo acelerado del contenido de YouTube, Activ8 utiliza equipos de captura de movimiento de Hollywood para producir videos musicales, parodias y transmisiones de juegos casi todos para más de 4 millones de suscriptores diarios.

La tecnología permite a Kizuna interactuar con los fans en tiempo real, dar entrevistas en vivo para la televisión y actuar en conciertos. Un influencer virtual que puede participar en eventos del mundo real.

Si bien Activ8 no reveló detalles técnicos, su producto es una combinación casi perfecta de movimientos, gestos y expresiones faciales realistas.

«La innovación aquí radica en cómo combinar gráficos de computadora en 3D en tiempo real, captura de movimiento y sitios de transmisión de video como YouTube para crear interacciones bidireccionales con el público», dijo Eiji Araki, vicepresidente senior de Gree, que dirige una división especializada en VTubers.

Kizuna Ai debutó en YouTube en diciembre de 2016 y fue responsable de acuñar el término «VTuber». La tecnología que abrió la puerta a sus muchos imitadores llegó ese mismo año, las primeras gafas comerciales de realidad virtual. Diseñados para hacer un seguimiento preciso de la cabeza y las manos, los kits de realidad virtual de Oculus de Facebook y Vive de HTC resultaron ser equipos de animación perfectos para aspirantes de VTuber con un presupuesto. Con motores de animación de uso gratuito y modelos tridimensionales de la talla de Unity Technologies, cualquiera podría crear un estudio virtual de marionetas a bajo precio en su sala de estar.

No es casualidad que los VTubers hayan encontrado un terreno fértil en Japón. El país tiene una larga historia de contenido generado por el usuario centrado en el anime, y las actuaciones de ídolos virtuales como Hatsune Miku han atraído a multitudes del mundo real durante más de una década. Si bien el público internacional puede preferir más personajes fotorrealistas, que son más difíciles de crear y animar, sus homólogos japoneses, criados en héroes de cómics, no tienen problemas con los dibujos animados.

El fenómeno VTuber hasta ahora ha sido casi exclusivamente japonés, sin embargo, su tecnología subyacente y su fórmula para combinar la cultura popular con una mayor interactividad, y por lo tanto la credibilidad, son universales. Y Activ8 ya tiene la ambición de expandir su cartera de VTuber más allá de Japón.

Si bien el liderazgo tecnológico global de Japón puede haberse desvanecido desde los días del Walkman, sus hábitos que marcan tendencia siguen siendo fuertes en el ámbito de los juegos. Nintendo y Sony fabrican tres de las cuatro consolas de juegos que se venden en el mundo, mientras que los juegos móviles gratuitos se están apoderando del mundo con técnicas de monetización iniciadas por compañías japonesas. Y luego hay series de juegos como Super Mario, Zelda, Monster Hunter y Pokémon. El anime, otra importante exportación cultural japonesa, es una industria de 20 mil millones de dólares cuyos productos van desde los trabajos ganadores de un Oscar de Hayao Miyazaki hasta entretenimiento ligero lleno de acción como Battle Angel Alita, que recientemente recibió un remake de Hollywood. Los VTubers son un cruce entre estos dos pasatiempos japoneses