China llevó a cabo este jueves un ensayo del aterrizador que el año que viene realizará un viaje de siete meses al planeta Marte.
El aparato, con forma de araña gigante de cuatro patas, descendió sobre una base cercana a Pekín en condiciones de gravedad similares a las del Planeta Rojo.
Bajo la atenta mirada de la prensa y de diplomáticos extranjeros, el aparato realizó con éxito la maniobra para acercarse al suelo.
Este ensayo es «una prueba importante» de la misión a Marte, dijo Zhang Kejian, el director de la administración espacial china (CNSA).
También aseguró que el programa, en marcha desde 2016, se está desarrollando «sin obstáculos» a pesar de que la fecha del despegue, previsto desde la isla tropical de Hainan (sur), todavía no está fijada.
El viaje durará siete meses pero el aterrizaje solo siete minutos, dijo Zhang Rongqiao, director del programa sobre Marte, y será «la fase más delicada de toda la misión».
El aterrizador será lanzado por el cohete Larga Marcha 5 y llevará a bordo 13 tipos de carga, incluyendo seis vehículos de exploración (rovers), indicó la CNSA en 2017.
«Las cargas se utilizarán para recoger datos sobre el medio ambiente, la morfología, la superficie, la estructura y la atmósfera en Marte», dijo entonces Zhang Rongqiao.
China, la segunda potencia económica mundial, quiere recuperar su atraso con Estados Unidos en materia espacial e actualmente invierte más en este sector que Rusia y Japón (unos 8.400 millones de dólares, según una estimación de la OCDE en 2017).
Este año China se convirtió en el primer país del mundo en lograr posar una sonda en la cara oculta de la Luna.
En 2022 el gigante asiático espera poner en órbita una gran estación espacial que debería convertirse en la única del mundo tras la retirada programada en 2024 de la Estación Espacial Internacional (ISS), en la que participan Estados Unidos, Rusia, Japón y Canadá.