Cuando Satanás tentó al Señor en el desierto, Cristo dijo una y otra vez: “Escrito está” (Mt 4). Él sabía que Satanás no podía enfrentarse al poder de la Palabra de Dios.

Efesios 6 describe la armadura espiritual del creyente —la provisión del Padre celestial para sus hijos cuando enfrentan la presión del enemigo. La mayor parte de la armadura es equipo defensivo; la única arma ofensiva es la espada del Espíritu, que es la Biblia, y ella es nuestra mejor arma en las batallas espirituales. Sin embargo, no se puede recordar lo que no se conoce, por lo que es importante pasar tiempo con el Padre celestial cada día, estudiar las Sagradas Escrituras, y confiar en sus verdades de corazón.



Comience a “ponerse” la armadura de Dios todos los días. Trate de orar con Efesios 6.10-17 por la mañana. Y si tiene luchas con un pecado en particular, manténgase alejado de las situaciones que hagan más probable esa tentación. Incluso, puede resultarle útil tener un compañero al que pueda rendir cuentas, alguien que pueda ser sincero con usted y con quien se sienta cómodo. Pasos como estos nos ayudan a resistir a Satanás, de quien sabemos por las Sagradas Escrituras que huirá en presencia de la Palabra de Dios.

Fuente Encontacto.org