La pandemia del nuevo coronavirus ha causado más de 150.000 muertos en el mundo, casi dos tercios de ellos en Europa, un saldo que hace sospechar de los datos de China.

Un total de 150.142 fallecidos, según un recuento establecido por la AFP a partir de fuentes oficiales el viernes a las 19H00 GMT. Se han diagnosticado más de 2.207.730 casos en 193 países.



Y casi seis de cada diez personas están confinadas, es decir 4.500 millones de personas forzadas o incitadas a quedarse en casa para combatir la propagación de la COVID-19, según los últimos datos de la AFP.

En Malasia, un habitante efectuó rondas nocturnas, disfrazado de fantasma, para animar a sus conciudadanos a permanecer confinados.



«Estaba viendo las noticias y al ver que cada vez más gente moría, decidí asustar a los habitantes», explicó Muhammad Urabil a la AFP.

África ha superado la barrera de los 1.000 muertos, de los cuales las tres cuartas partes en Argelia, Egipto, Marruecos y Sudáfrica.

«Es una bomba de relojería», afirma la sudafricana Ayanda Botha, cuyo sobrino está encarcelado en la prisión de East London, en el sur del país, «foco» de la epidemia con al menos 55 reclusos y 25 guardas que dieron positivo por coronavirus.

A menudo hacinadas, las prisiones son un nido de la enfermedad, hasta el punto de que muchos países no han dudado en vaciarlas, con amnistías o remisiones de condenas. Sudáfrica no lo contempla.

Colombia en cambio ha decidido excarcelar transitoriamente a más de 4.000 presos, pero aún así tiene un brote en una cárcel del centro del país que se ha saldado con tres muertos y 20 contagios.

En algunos países europeos y Estados Unidos la pandemia causa estragos pero Oriente Medio y el norte de África aún están a tiempo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para «aprovechar la oportunidad» de actuar y evitar el caos en caso de una gran propagación en estas regiones.

El problema es que faltan 44.000 millones de dólares de los 114 necesarios para financiar la lucha inmediata contra la crisis sanitaria y económica en Africa, anunció el Fondo Monetario Internacional (FMI).

-Forcejeo Washington-Pekín-

Entretanto prosigue la tensión entre Washington y Pekín después de las acusaciones del presidente estadounidense Donald Trump contra las autoridades chinas, que niegan haber encubierto casos.

«¡Es mucho más que eso y mucho más que en Estados Unidos!», tuiteó Trump, cuyo país ha registrado más de 34.600 muertes.

China, de casi 1.400 millones de habitantes, ha contabilizado oficialmente 4.636 muertos.

El gobierno estadounidense acusa al régimen comunista de haber «ocultado» la gravedad de la epidemia. El presidente francés Emmanuel Macron y el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, también dudan de la transparencia de Pekín.

Después de una semana de altibajos, las bolsas asiáticas, europeas y estadounidenses terminaron con fuertes subidas debido a los anuncios de un reinicio parcial de la economía en varias regiones del mundo y al ensayo de un tratamiento potencial de la COVID-19.

Mientras no se vuelve a la normalidad, las iniciativas para socializar respetando las distancias de seguridad siguen aflorando en las redes sociales.

Para levantar la moral, los miembros de la Orquesta Filarmónica de Catar organizan conciertos desde sus balcones.

Y los Rolling Stones participarán en un espectáculo junto con Taylor Swift, Celine Dion o Elton John, que se emitirá en todo el mundo el sábado.

Esta iniciativa, organizada en colaboración con la OMS y la cantante Lady Gaga, plantea vivir «un momento de unidad global en la lucha contra la COVID-19».

Una época critica para muchos, como los miles de boxeadores profesionales de Tailandia, privados de peleas (y por tanto de ingresos) que han tenido que regresar a sus aldeas sin saber cuándo volverán al ring.

En Bangladés el confinamiento también es sinónimo de desempleo sin compensación económica para los cientos de miles de trabajadores del sector textil que suelen abastecer a las principales marcas de ropa.

Estas últimas cancelaron pedidos por valor de miles de millones de dólares.

«Muchos de nosotros no tenemos comida en casa. Ni siquiera podemos mendigar en la calle porque los más pobres se burlarían de nosotros», cuenta el trabajador textil Didarul Islam.

En Europa, el desconfinamiento está en camino en Dinamarca, Austria e Italia, que quieren reabrir algunos de sus comercios no esenciales.

Pero la OMS advierte que la pandemia está lejos de estar contenida, con «cifras constantes o crecientes» en el este de Europa y el Reino Unido.

En América Latina, la pandemia ha provocado más de 4.000 muertos y cerca de 90.000 contagios.

La situación es especialmente grave en Brasil, donde se registran 2.141 muertes y más de 33.000 infectados, aunque el número real de contagios podría ser 15 veces mayor, según investigadores.

Los augurios sobre el impacto del coronavirus en la economía de Latinoamérica no son nada optimistas. La pandemia puede provocar otra «década perdida», entre 2015-2025, advirtió el jueves Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental en el Fondo Monetario Internacional (FMI).