Moscú, Rusia. El presidente ruso Vladimir Putin denunció el miércoles el silencio occidental ante lo que definió como un «intento de golpe de Estado» en Bielorrusia, donde el dirigente Alexander Lukashenko aseguró que había abortado un plan que pretendía asesinarlo.

Putin, en su discurso anual a la Nación, mencionó el «intento de golpe de Estado y asesinato del presidente de Bielorrusia» y lamentó que en Occidente, «todo el mundo quiere hacer creer que no pasa absolutamente nada».



«¿Qué pasaría si el intento de golpe de Estado se hubiera concretado? ¿Cuántas personas habrían sufrido?», se preguntó Putin, lamentando también las «sanciones ilegales por motivos políticos» en Bielorrusia.

Lukashenko, que dirige ese país vecino de Rusia desde 1994, fue blanco de multitudinarias protestas en las calles tras su reelección el pasado agosto, considerada fraudulenta por la oposición.



Poco a poco las manifestaciones fueron disminuyendo frente a la represión sin tregua de las autoridades. La mayoría de los líderes de la oposición fueron encarcelados o se exiliaron.

El sábado, Lukashenko dijo que había desarticulado un intento de «golpe de Estado» y «asesinato» en su contra, que también tenía por blanco a su familia, y que había sido planeado, según él, por Estados Unidos.

Dos bielorrusos fueron detenidos en Moscú por los servicios de seguridad. Ambos tienen la nacionalidad estadounidense.

Pese a las sanciones europeas y estadounidenses contra Lukashenko y su equipo de gobierno, el dirigente no ha hecho concesiones frente a sus detractores.