Hoy debe ser un día diferente, porque tus pensamientos no pueden ser los mismos de ayer. Lo que sentías ayer no puede ser lo mismo de hoy, porque algo ha cambiado, y es la presencia del Espíritu Santo que mora en nosotros.
La diferencia la hace Él; viene a cambiar todas las cosas y a renovarnos completamente, ya que Él es la vida que sopla cada segundo para traer los cambios que nos sacarán de la monotonía en que estamos viviendo. Porque sin darnos cuenta nuestra vida se convierte en una rutina en la cual dejamos de experimentar y de hacer cosas diferentes.
No estamos llamados a ser más del montón; nuestro llamado es para impactar el mundo y hacer que las cosas sucedan. Tenemos un compromiso de establecer el Reino de los Cielos y solamente aquellos que no se conforman con lo que están viendo y viviendo lo harán. Nos conformamos con la misma situación que impera desde hace años; nos da miedo enfrentarla y romper con los lazos de mediocridad que nos rodean.
Hoy es el día para cambiar de dirección y tomar el control de esos pensamientos de inferioridad que hacen que estemos sin propósito y sin destino, porque lo que Él hará con nosotros nos sorprenderá.