El regidor Bray Vargas, que está metido en un presunto escándalo por una deuda supermillonaria en el negocio de las criptomonedas, le pide a la empresa Quantum que diga públicamente la posición y el rol que desempeñaba él dentro de esa compañía, para así dejar claramente establecido que él nunca tomó decisiones financieras dentro de esa plataforma.

Así mismo, haciendo un live en Instagram, Vargas afirmó que los comentarios en su contra responden a «una campaña paga» para tratar de mancharlo y herir su reputación como regidor y ciudadano. (No identificó quién o quiénes estarían detrás de esa campañita malsana.)



Lo que dijo fue que esa «campaña paga» no le sorprende: «Yo lo veía venir, esto no me detiene, al contrario, me da más energía, más fuerza, más entusiasmo, de poderle demostrar a ustedes realmente cómo soy como persona».

De acuerdo a el Nuevo Diario, se habla de que Vargas tendría una deuda de 35 millones (¿de pesos o de dólares?) con sus clientes. Él admite la deuda (aunque no ha especificado el monto) y la ha atribuido a que Quantum, a su vez, le debe a él unos 181 mil dólares, o sea, más de 10 millones de pesos. De este monto, 120 mil dólares corresponden a beneficios suyos.



Sus clientes se han quedado «enganchados», como «pericos en la estaca», esperando que se les pague la enorme deuda que tienen con ellos. Sin embargo, Bray ha dicho que él les explicó a todos ellos los riesgos que corrían, el péndulo turbulento y frágil de los mercados. El dinero pendía de un hilo.

Vargas ha dicho también que Quantum Bitcoin le debe a muchos clientes referidos por él. Se trata de «un negocio irregular» y «un juego de azar», y sus clientes lo saben porque él se lo dice. Nada teme: no ha delinquido. Él sabe que en el país hay un gran vacío legal: no existe el negocio piramidal, y por eso algunos «Mantequillas» se aprovechan de esa ausencia para medrar a su antojo.

El regidor y animador acude públicamente a Quantum para que ponga a la gente clara y explique su situación. Lo que más quiere y ansía es el pago.