Juan Julio Gómez | Durante y después de la vida de algunas personas es común hablar de situaciones que ocurren en su entorno y que muchas veces no tienen explicación.

Es el caso de FH, cuyo nombre real no citaremos por varias razones, quien vivió en la localidad conocida como Bajabonico Arriba (Puerto Plata), entre los años 1920 hasta final de la década de 1990.



La comunidad está localizada entre los municipios Altamira e Imbert, en el norte de la provincia, y bañada por el río Bajabonico, un largo afluente que desemboca en el océano Atlántico, en Luperón, al oeste, tras su nacimiento en la cordillera Septentrional.

Era un hombre rico, con tantas reses que no conocía, pero además, tenía caballos, cerdos y miles de garzas blancas que dormían en su finca y que cada día emprendían un viaje ida y vuelta hacia el este de la provincia, a través de una loma que colinda con el paraje El Cupey.



Las garzas salían de la finca del extraño hombre a las 6:00 de la mañana y regresaban a la misma hora de la tarde. Los campesinos de la zona utilizaban su paso como reloj, pues se trataba de una hora exacta.

Los campesinos del lugar atribuían la riqueza del acaudalado hombre a un supuesto trato que hizo con Satanás, pero se trataba solo de rumores, ya que pocos lograban conversar con él.

«Era muy rico y extraño, tenía de todo, pero cuando murió, sus hijos comenzaron a fallecer en accidentes de tránsito y sus vacas desaparecieron por arte de magia. Todo lo que se dice es que no se trató de nada bueno», explicó una persona oriunda de la localidad.

Agregó que sobre la vida de ese hombre se dicen muchas cosas, entre ellas que «tenía pacto con Satanás».

«El que hace pacto con Satanás no termina de buena manera, y eso pasó con él. Se dice que mucha de su riqueza se desvaneció luego de su muerte», expresó el campesino.

Una de las cosas que los campesinos de la zona califican como extraña es la forma como desaparecieron las miles de garzas blancas que dormían en la finca del individuo.