Las vacaciones ‘todo incluido’ es una de las opciones que más atraen a los turistas a la hora de elegir un paquete de reservas, en especial, durante la temporada alta.

No obstante, como todo, el negocio de la hostelería esconde una serie de trucos que hacen ver las ofertas y paquetes vacacionales como verdaderos chollos, pero su intención es sacar el máximo beneficio.



Muchos alojamientos utilizan el reclamo del buffet libre, ya que es lo más atractivo a la hora de reservar un hotel en vacaciones. Bien sea para el desayuno, comida o cena, el ‘todo incluido’ lanza a los clientes a querer probar de todo y en grandes cantidades para amortizar lo pagado.

Sin embargo, detrás de esta práctica aparentemente generosa, se esconde un truco que usan las cadenas hoteleras para ganar más dinero.



El truco del ‘tercer día de los hoteles’
Expertos en marketing aseguran que los alojamientos no pierden dinero con la oferta de ‘todo incluido’, sino que han hallado una estrategia para que sus ingresos se mantengan, tal y como ha publicado el 20minutos.

El truco bautizado como ‘tercer día’ hace referencia a un patrón de comportamiento observado en casi todos los huéspedes de hoteles que han contratado el ‘todo incluido’.

Durante los primeros días de su estancia, los comensales se deleitan con la abundancia de opciones y tienden a consumir en exceso, aprovechando al máximo la variedad y cantidad de alimentos y bebidas que tienen a su alcance.

Sin embargo, a partir del tercer día, su compartimiento cambia y la emoción inicial se desvanece. Por lo que, comienzan a moderar su elección, optan por elecciones más saludables y reducen su consumo, incluso cambian las bebidas alcohólicas por agua o refrescos.

Este cambio de comportamiento no es algo que los hoteles desconozcan. De hecho, lo tienen en cuenta al calcular sus ganancias.

Asimismo, los hoteles utilizan una serie de técnicas estratégicas para optimizar sus beneficios. Según el chef Matthew Britt, profesor asistente en el Johnson & Wales College of Culinary Arts, la disposición de los alimentos en el buffet juega un papel crucial. Los productos más baratos y de menor costo se colocan en la primera fila, ya que la mayoría de los clientes tienden a seleccionar lo que está al alcance de su vista.

Otra estrategia es colocar platos más pequeños para hacer creer al comensal que se ha servido porciones generosas, además de que los utensilios de servir se adaptan estratégicamente. Por ejemplo, las cucharas más grandes para las patatas y pinzas más pequeñas para las carnes.