La producción agrícola pierde cada vez más terreno en República Dominicana y la caída se ha evidenciado en los últimos 25 años.

Para 2015 se contaba con alrededor de 30 millones de tareas destinadas a las actividades agropecuarias, lo que representaba el 38.9% de la superficie dedicada a la actividad agropecuaria, mientras que para 2020 esa cifra se redujo a un 33.2%.



En ese sector, las cosas parecen ir de mal a peor, ya que los trabajadores que en este sector laboran son los que tienen los salarios más bajos y las importaciones de productos agropecuarios superan las exportaciones en 1.5 veces las exportaciones, generando un balance comercial promedio deficitario de US$930.6 millones.

De acuerdo al informe ‘Panorama productivo de República Dominicana: un análisis a nivel territorial’, la reducción en el uso de suelo está explicada por la expansión de proyectos urbanísticos en provincias como: Pedernales, la cual se presenta como la principal unidad territorial que más superficie agrícola ha perdido desde 1995 hasta el 2020, con una reducción del 47.6%; seguido por Puerto Plata (47.2%), San Cristóbal (41.0%), Barahona (36.2%) y el Distrito Nacional (34.9%), San Cristóbal y el Distrito Nacional.



“Dicha desaceleración de la incidencia de la agropecuaria en la superficie del país ha sido más apresurada en algunos territorios que en otros, sobre todo en aquellos con alto potencial turístico, como es el caso de Pedernales, Puerto Plata y Barahona, así como también en zonas de acelerada urbanización, como los casos de San Cristóbal y Santiago”, se apunta en el informe y en el que se resalta que la producción de caña de azúcar y cereales representa menos del 46.0% de lo cosechado en el país, dando paso a la producción de nueces, hortalizas y frutas para exportación.

Se destaca que la mayor proporción de suelo agrícola, para todos los años estudiados, se encuentra en cultivos de secano, pasando de 36.0% en 1995 a 41.9% en 2020. Es decir, legumbres: garbanzos, guisantes, habas, y árboles frutales.

Retos del sector

Detalla Dilenni Bonilla que en esta actividad predomina el minifundio, en donde el 50 % de los subsectores está dominada por pequeñas unidades productivas, lo que implica significativas limitaciones para el aprovechamiento de economías de escala en cultivos extensivos en tierra; la necesidad de un mayor uso de mano de obra, controles y, un difícil acceso a nuevas tecnologías, lo que se traduce en bajos rendimientos.