El consumo mundial de carbón alcanzó un «máximo histórico» en 2022 y probablemente llegue a un récord este año, afirmó el jueves la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

La combustión del carbón para producir electricidad o para la industria emite una gran parte del CO2 responsable del calentamiento del planeta.



Los récords de consumo son una mala noticia para el clima, tanto más cuanto que la ONU y el observatorio europeo Copernicus confirmaron también el jueves que el mes de julio 2023 será «el más caliente jamás registrado» en el planeta.

El año pasado, el consumo de carbón «aumentó 3,3%, a 8.300 millones de toneladas», indica el informe de la AIE, mientras que en el primer semestre 2023, la Agencia estima que la demanda mundial de carbón aumentará 1,5%, a 4.700 millones de toneladas.



«En 2023 y 2024, los pequeños retrocesos registrados en el mundo en el uso del carbón para alimentar centrales eléctricas serán compensados por un aumento de su utilización en la industria», indica la AIE, que destaca grandes disparidades geográficas.

China, India y Asia sudoriental consumirán conjuntamente alrededor de tres cuartos del carbón mundial este año, mientras que Europa y América del Norte, que hace 30 años consumían 40% del carbón mundial, ahora sólo representan 10% de la demanda.

En Europa, se prevé que el uso del carbón en las centrales eléctricas se debilite aún más este año a medida que se desarrollen las energías renovables, añade la AIE.

Desde principios de año, la Agencia estima que la demanda de carbón disminuyó 16% en Europa y 24% en Estados Unidos, donde se ve acentuada por la caída de los precios del gas natural.

Pero en China e India, los dos principales países consumidores, el consumo creció más del 5% en seis meses, según la AIE. En el plano industrial de dichos países, el carbón es utilizado principalmente por los siderúrgicos para la fabricación de acero.