Kenia se dijo dispuesta a liderar una misión internacional aprobada por la ONU que será desplegada en Haití, pero el gobierno enfrenta crecientes presiones internas para justificar el envío de policías a esa nación asolada por la violencia.

El Consejo de Seguridad de la ONU resolvió el lunes enviar una misión internacional encabezada por Kenia a Haití, país sumido en el descalabro económico donde violentas bandas controlan partes del territorio ante la debilidad del gobierno.



Los dirigentes piden desde hace un año ayuda internacional para restablecer el orden, pero las reminiscencias de otras intervenciones fallidas en Haití desanimaron a posibles voluntarios.

Kenia anunció en julio que una delegación de 1.000 policías podría liderar la misión, una oferta que Estados Unidos recibió con agrado.



Con la luz verde de la ONU, los kenianos asimilan ahora que sus policías pueden estar pronto enfrentados a bandas fuertemente armadas en un país lejano y comienzan a surgir las preguntas.

“¿Cuál es la misión en Haití?”, planteó Emiliano Kipkorir Tonui, veterano de varias misiones de paz que supervisó contingentes kenianos en Liberia, Timor Oriental y la antigua Yugoslavia, entre otros países. “Los kenianos deben ser informados. Los dirigentes deben responder al pueblo”, dijo a AFP este general en retiro.

– “La voluntad de Dios” –
El gobierno está en campaña para defender esta intervención, pero no ha presentado la propuesta ante el Parlamento, un requisito según la Constitución para enviar tropas al exterior.

Los legisladores anunciaron este miércoles que van a citar al director de la policía, Japhet Koome, y al ministro del Interior, Kithure Kindiki, para tener más detalles de la misión.

El presidente de Kenia, William Ruto, afirmó es que es “una misión por la humanidad” en un país arrasado por el colonialismo y el ministro de Relaciones Exteriores, Alfred Mutua, dijo que es “la voluntad de Dios” ayudar a los descendientes de esclavos africanos en Haití.

Las fuerzas de seguridad de Kenia, principalmente militares, pero también policías, han sido desplegadas por todo el mundo, pero la misión de Haití es “inusualmente riesgosa”, afirmó Murithi Mutiga, director del programa para África del centro de estudios International Crisis Group.

“Los desafíos de seguridad en Haití son muy diferentes, ya que hay bandas que operan en áreas densamente pobladas, en asentamientos pobres, que conocen muy bien el terreno y tienen un interés comercial en mantener ese control”, explicó.

– “Una misión suicida” –
Tonui señaló que los policías kenianos “no están entrenados como los militares para leer un mapa. No están entrenados en comunicaciones. No están entrenados para manejar armas como ametralladoras”, apuntó.

Ekuru Aukot, un político de oposición, dijo en X, antes conocido como Twitter, que “el despliegue es una misión suicida”.

“No vamos a aceptar que se use sangre keniana para luchar a las puertas de Estados Unidos, que es una de las naciones más poderosas del mundo, solamente para complacer a nuestro presidente”, dijo James Orengo, gobernador del condado de Siaya, que es muy crítico con Ruto.

Los defensores de los derechos humanos señalaron que la policía de Kenia tiene antecedentes de utilizar la fuerza, a veces de forma letal, contra los civiles y que esto supone un riesgo inaceptable en Haití, donde las tropas extranjeras han cometido abusos en el pasado.

El canciller keniano desestimó las preocupaciones de que la misión de Kenia pueda ser precipitada o no deseada y argumentó que una encuesta mostró que un 80% de los haitianos acogen el despliegue.