El bukelismo en El Salvador ha demostrado con claridad y hechos reales que si los países se administran con visión, buen manejo de las leyes, dignidad y respeto a la constitución se podrían generar cambios consuetudinarios, hechos que se justifican siempre que se dejen de lado los cuadros deshonestos impuestos por un sistema remontado a los viejos tiempos donde se juega a la lucha del más fuerte para sustraer los bienes públicos sin sufragar en el tiempo para el bienestar común.

Nayib Bukele, ordenado presidente por los salvadoreños el 1 de junio de 2019, en sustitución de Salvador Sánchez Cerén, es el ejemplo. De Cerén es oportuno destacar que al igual que el 95% de los gobiernos latinoamericanos, convirtió El Salvador en un narco país, dirigido por el narcotráfico organizado y la Mara Salvatruchas, los cuales lo convirtieron en un vendaval de la violencia.



Cuatro años después de haber recibido la banda presidencial, Bukele ha transformado su país, El Salvador, con cambios que van más allá de un simple gobierno, rompiendo las barreras impuestas por el oportunismo político que durante años se ha convertido en un sistema rancio que ha catapultado la estabilidad democrática en el mundo.

El sólo hecho de crear estrategias para disolver las bandas asesinas y el narcotráfico pone en evidencia de que los cambios dan resultados. Entonces. Si Nayib Bukele lo puede hacer en El Salvador, ¿por qué Luis Abinader NO?



Detalla Marino Báez en su articulo de hoy, que durante su estancia en el gobierno, Bukele jamás hizo referencia a un segundo mandato presidencial, todo lo contrario, esperó que fuera el mismo pueblo que lo eligió que se los pidiera y hoy se postula aunque existe un sector que se enquista en el ruedo político que busca sepultarlo por lo transparente que ha sido en el manejo del gobierno. Al igual que Bukele, Luis Abinader se postula a un segundo mandato. ¿Entonces, Abinader Corona? Si Bukele lo hizo, ¿por qué usted NO?

Después de escuchar las peticiones del pueblo, el presidente salvadoreño decide tomarse unas vacaciones para recorrer por segunda ocasión su país y contactar a los votantes a fin de exponerles sus aspiraciones a un segundo mandato con propuestas claras y objetivas, dejando al frente del gobierno a Claudia Juana Rodríguez de Guevara, una contadora de confianza con nexos íntimos familiares que está vincula con los hermanos Bukele en diversas empresas y por razones más que valederas el 30 de noviembre la Asamblea Legislativa la habilita para dirigir interinamente el país hasta que culmine el proceso electoral. Ahora bien: ¿Por qué Abinader NO deja al frente del gobierno a la vicepresidenta, Raquel Peña Rodríguez?

De acuerdo con las estadísticas se considera que la represión de Bukele contra las pandillas ha disminuido con efectividad los homicidios en más de un 80% en 2022. Si es cierto que con las medidas impuestas se ha reducido la criminalidad, no es menos cierto que El Salvador cuenta con una alta tasa de encarcelamiento que supera a los gobiernos pasados; sin embargo, hoy en día, quienes trabajan la producción agrícola y en otras empresas que dependen del gobierno son los presos. Seguimos preguntando: Si Bukele lo puede hacer, ¿por qué Abinader NO?