La historia de un árbol que lleva 125 años detenido y encadenado en Pakistán, es un hecho real, pero con ribetes bastante más surrealistas.

El hecho se desarrolla en Landi Kotal, una zona fronteriza de Pakistán con Afganistán, en el paso de Khyber. Pero hay que retroceder en el tiempo hasta 1898. En Inglaterra estaba en el trono la anciana reina Victoria y las tropas de su país ocupaban la nación asiática.



¿Cómo ocurrió?
Un oficial inglés, James Squid, estaba de recorrido por el pueblo. Tenía dos características el hombre: era muy celoso de su función y vivía permanentemente borracho. Fue así, caminando por el lugar, cuando sintió que alguien estaba a sus espaldas. Alguien lo vigilaba. Se dio vuelta y vio que un nogal se balanceaba. El pobre árbol se mecía al compás del viento. Grácil y tranquilo.



No para el oficial Squid, que ebrio como siempre, se sintió amenazado por el inesperado movimiento y decidió darle una lección a quien lo había ofendido y asustado, o sea el nogal. El borracho apuró el paso hasta el cuartel y emitió una orden de detención contra el árbol.

Llamó a un sargento y le entregó los papeles legales para que el subordinado procediera a arrestarlo. Y para que el reo no se escapara, impuso un agregado: había que ponerle gruesas cadenas.

Ya lleva 125 años preso y encadenado
Hoy, 125 años después, el árbol sigue encadenado y arrestado. En una de sus ramas cuelga un cartel en el que se puede leer: «I am under arrest» (estoy bajo arresto) y su peculiar historia. Desde el momento de su arbitraria detención, el árbol encadenado se ha transformado en una atracción turística.

Detalla Gustavo Londeix que su historia era sólo una leyenda urbana, hasta que en 2002, el capitán pakistaní Nasir Farooq, le comentó a un periodista del diario inglés The Telegraph que todo era real y que los ancianos del pueblo fueron transmitiendo de generación en generación el relato de cómo fueron realmente los hechos.

Y el capitán lo contó: «El oficial inglés estaba borracho como una cuba, y pegó un grito cuando una de las ramas del nogal lo rozó. Algunos habitantes se rieron y para demostrar que los ingleses estaban a cargo del poder y borrar la vergüenza que había pasado, emitió la insólita orden de arresto. Más increíble es que en la misma figuraba que el árbol debía ser encadenado porque Squid estaba seguro que el nogal intentaría escaparse a Peshawar» (una de las ciudades más importantes de Pakistán).

Lo cierto es que los ingleses se fueron de Pakistán, y primero por miedo y luego por conveniencia, los gobernantes de Landi Kotal siguieron manteniendo preso y encadenado al nogal.

Que no tiene derecho a fianza y purga una condena por culpa de un inglés borracho y un viento suave de verano. Ya es hora que le designen un abogado defensor y pueda vivir en libertad.