Si al candidato a alcalde del PLD -Luis Alberto Tejada- le faltaba algo para ganar la sindicatura en Santo Domingo Este, ese algo -subjetivo-subliminal- se lo acaba de dar el actual alcalde Manuel Jiménez quien ha posteado “Sean LIBRES” que, en lenguaje político-electoral, equivale decir: Voten por el que ustedes quieran. En pocas palabras, Jiménez ha dejado claro una de dos: vuelvo a lo mío -la música-; o, sencillamente, no acato línea de nadie (¿Lo habrá entendido Paliza?).

Ese dejar libre, más la grosera e irrespetuosa propaganda política aprovechando el más reciente concierto de Juan Luis Guerra, han marcado, en la recta final, la derrota del candidato Dío Astacio, pues de alguna forma, el candidato de la tercera opción -Julio Romero- también queda más que disminuido por el efecto de la percepción del que va a ganar y ya sabemos que es cultura en nuestro país aquello de que nadie “gasta pólvora en garza”.



Y esos golpes de efecto en medio de una campaña política, tan cerca de las votaciones, raras veces son revocables y, por demás, tienen el conjuro de lo inevitable…..

Entonces, para el PRM y la reelección, la derrota en la capital y en Santo Domingo Este, tendrá, sin duda, ondas expansivas a mayo; o más bien, la derrota de una percepción pública-mediática que, aunque artificiosa y de altísimo presupuesto público, ya se va desvaneciendo y apurando su cruda realidad: agonía y derrota….!



Quién lo iba a pensar que un derroche de “Sean LIBRES” y una propaganda política inoportuna e irrespetuosa iban a poner a dos artistas a decidir unas elecciones. Que curioso es el destino y que sui géneris es la política en nuestro país! En fin, lo que no puede la política, lo puede el arte…(Ojalá, los políticos -aunque disfrazados de “pastores”- aprendan la lección, algo que, honestamente, dudo mucho).

Y es que hay artistas que, a pesar de sus preferencias políticas o religiosas, son instituciones o símbolos-país respetables que nadie o, político alguno, puede pretender usar para fines politiqueros o querer narigonearlos como eunucos; y más cuando una trayectoria pública -como la de Juan Luis Guerra– trasciende las “aspiraciones” de un farsante y de un partido-gobierno que no le cabe más descrédito y rechazo ciudadano. Y eso -entre otras tantas barrabasadas-, tiene y tendrá un costo político-electoral más allá de este 18 de febrero. / Francisco S. Cruz