Los planes de Israel para lanzar una gran operación militar en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, despertaron el jueves  condenas internacionales por las consecuencias «catastróficas» para los 1,5 millones de palestinos atrapados en la ciudad.

En un comunicado conjunto, Australia, Canadá y Nueva Zelanda advirtieron a Israel que «no tome ese camino». «Una operación militar ampliada será devastadora», indicaron los tres países. «Los civiles simplemente no tienen a dónde ir», afirmaron.



Cientos de miles de palestinos desplazados están hacinados en esta ciudad, la más al sur de la Franja de Gaza, donde se refugian en campamentos improvisados cerca de la frontera con Egipto, ahora cerrada, huyendo de la campaña militar israelí.

Pese a la presión internacional, Israel insiste en que entrar a Rafah es clave para eliminar a los batallones de Hamás.



«Lucharemos hasta la victoria total, que implica una acción vigorosa en Rafah después de que hayamos permitido la salida de la población civil de las zonas de combate», afirmó el miércoles el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

En paralelo, los mediadores internacionales siguen negociando una tregua en la guerra que ha devastado grandes partes del territorio palestino y desplazó a la mayor parte de su población, al borde de la hambruna, según la ONU.

En caso de que haya una operación militar en Rafah, el riesgo de atrocidades es «serio, real y alto», alertó el miércoles Alice Wairimu, una asesora especial de la ONU para la prevención del genocidio.

 

– Negociaciones difíciles –

 

Los mediadores de Estados Unidos, Catar y Egipto, reunidos en El Cairo, siguen buscando un acuerdo para detener los combates y liberar a unos 130 rehenes que siguen en Gaza a cambio de la liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.

«Israel no recibió en El Cairo propuestas nuevas de Hamás sobre la liberación de nuestros rehenes», indicó la oficina de Netanyahu en un comunicado.

Según los medios israelíes, la delegación del país recibió órdenes de no volver a la negociación hasta que Hamás modifique su postura.

«Insisto en que Hamás abandone sus demandas ilusorias y, cuando abandonen estas demandas, podremos avanzar», afirmó Netanyahu.

El director de la CIA estadounidense se reunió el martes en El Cairo con el jefe del Mosad israelí, mientras que una delegación de Hamás se sumó el miércoles a las conversaciones.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, que gobierna Cisjordania ocupada, pidió a Hamás acordar «rápidamente» una tregua.

El FBI estadounidense reveló que su director, Christopher Wray, hizo un viaje no anunciado a Israel para reunirse con las agencias locales de seguridad e inteligencia.

 

– Hospitales «asediados» –

 

Pese a las negociaciones para una tregua, Israel intensificó el jueves sus bombardeos en Gaza. Según el Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamás, 107 personas murieron en bombardeos el jueves.

Una de ellas murió en el departamento de ortopedia del Hospital Nasser, en la ciudad de Jan Yunis, donde también hubo varios heridos.

Ese hospital, el más grande del sur de la Franja de Gaza, ha sido escenario de intensos combates las últimas semanas.

Médicos Sin Fronteras condenó la orden israelí de evacuar a miles de pacientes, personal y desplazados del hospital y aseguró que su personal continúa atendiendo a los pacientes «en condiciones casi imposibles».

Mohamed Al Astal, un enfermero, dijo a la AFP que el hospital lleva asediado desde hace un mes y no quedan alimentos ni agua potable.

«Por la noche, los tanques dispararon contra el hospital y los francotiradores en los techos de los edificios abrieron fuego y mataron a tres desplazados», aseguró.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que se le negó acceso al hospital y perdió contacto con su personal allí.

Rik Peeperkorn, de la OMS, indicó que los pacientes a menudo son sometidos a amputaciones de extremidades que hubieran podido evitarse en condiciones normales.

La guerra estalló tras el ataque del 7 de octubre de milicianos de Hamás en el sur de Israel, que mataron a unas 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP en base a datos oficiales israelíes. Los islamistas también secuestraron a unas 250 personas, de las que 130 siguen retenidas en Gaza.

En represalia, Israel prometió «aniquilar» a Hamás y su ofensiva militar ha dejado más de 28.500 muertos en Gaza, sobre todo mujeres y menores de edad, según el último balance del ministerio de Salud en Gaza.

En la frontera entre Israel y Líbano siguen las tensiones y el ejército israelí anunció que uno de sus soldados murió por un cohete lanzado desde territorio libanés.

A su vez, fuentes libanesas aseguraron que varios ataques israelíes dejaron nueve muertos en el país, siete de ellos civiles.