PARÍS. Un equipo internacional confirmó la gran proximidad genética del bonobo con el chimpancé y el ser humano tras descifrar su genoma, el único de los «grandes simios» que faltaba en los bancos de datos de los científicos.



La clave de ese «eslabón perdido» entre los grandes primates fue suministrada por Ulindi, una hembra bonobo del zoológico de Leipzig (Alemania), a partir de un análisis efectuado durante un examen de rutina.

Los genomas de los otros grandes simios como el chimpancé, el orangután y el gorila ya habían sido descifrados.



Los investigadores podrán ahora profundizar las relaciones entre las diferentes especies de primates, de los cuales forma parte el hombre, y su filiación, recalca el departamento de antropología evolucionista del Instituto Max Planck, que dirige el proyecto.

«Esperamos que nuestra comprensión de las diferencias entre los bonobos y los chimpancés nos ayude en el futuro a comprender a qué se parecía el ancestro común» de estas dos especies y del ser humano, explica a la AFP Kay Prüfer, biólogo del Instituto.

«Eso comenzaría a ser verdaderamente interesante para nosotros ya que nos informaría acerca de las nuevas características que los humanos adquirieron definitivamente durante su evolución en los últimos millones de años», estima.

En espera de análisis más profundos, los antropólogos y genetistas que descifraron el genoma del bonobo comenzaron por compararlo con los del chimpancé y el del ser humano, sus dos primos más cercanos.

El bonobo es, genéticamente hablando, idéntico en 99,6% al chimpancé, y en 98,7% a nuestra especie, según estos trabajos publicados el miércoles por la revista británica Nature.

Sin gran sorpresa, puesto que en el humano, las secuencias de ADN divergieron de las de los chimpancés y bonobos hace entre cinco y siete millones de años, mientras que los bonobos se diferenciaron genéticamente de los chimpancés mucho más recientemente, hace aproximadamente dos millones de años, según el estudio.

Una pista apasionante

Pero el análisis ha revelado también que, para zonas muy específicas del genoma, los humanos están más cercanos de los bonobos que de los chimpancés, y que para otras están más cercanos de los chimpancés que de los bonobos.

«Encontramos que más del 3% del genoma humano está más cerca del bonobo o del chimpancé que lo que los de esos dos simios están entre ellos», escriben los investigadores.

Para los antropólogos y los genetistas, se trata de una pista apasionante a seguir para retrazar la evolución de cada especie con el paso del tiempo, pero también para intentar explicar las diferencias en su comportamiento.

La comparación de los genomas del bonobo y de los chimpancés, que sugiere una separación neta sin cruce ulterior, aboga también en favor de una teoría según la cual las dos especies nacieron de ancestros comunes aislados en dos grupos por la formación del río Congo.