Según lo que pronostican los retadores del programa boxístico este sábado en Las Vegas, el mexicano Juan Manuel Márquez y el cubano Joel Casamayor, sus respectivas peleas de campeonato contra Manny Pacquiao y Tim Bradley serán batallas campales, de las que saldrán vencedores.



Como la esperanza es lo último que se pierde, el ‘Dinamita’ Márquez y el ‘Cepillo’ Casamayor esperan aprovechar su veteranía para frenar a dos rivales que están en el punto máximo de sus carreras

Márquez (53-5-1, 39 kos) enfrentará al filipino Pacquiao (53-3-2, 38 kos), campeón welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), mientras Casamayor (38-5-1, 22 kos) buscará la corona superligera OMB del invicto estadounidense Tim Bradley (27-0, 11 kos).



«Ya peleamos dos veces y le conozco de sobra. En las dos ocasiones no he sido favorecido por los jueces, por lo que ahora saldré a darle una paliza para que no queden dudas sobre el resultado», declaró Márquez, de 38 años.

La edad, y el haber subido a un peso (144 libras) que no es en el que acostumbra a pelear, parecen ser las principales impedimentas de Márquez, quien luego de caer ante el estadounidense Floyd Mayweather en 2009, encendió su dinamita para ganar por nocáut dos de sus tres últimas peleas.

Sólo que esos combates los realizó con un peso no superior a las 140 libras, y ante rivales de segundo orden, por lo que ahora sale debajo en las apuestas por margen de 8-1.

«Eso no me molesta. Estoy preparado para golpearle muy fuerte y eso es lo que dará la victoria», acotó Márquez, derribado cuatro veces por Pacquiao, tres en el primer pleito en 2004, que terminó empate, y una en el segundo, en 2008, que ganó el filipino por votación dividida.

Cuando Márquez peleó ante Mayweather, en septiembre de 2009 en el mismo encorado del Hotel Casino MGM Grand de Las Vegas, lo hizo en 144 libras, y se le vio lento, pero aguantó para terminar de pie un combate en que se llevó uno sólo de los 12 asaltos pactados.

Hasta el propio José Sulaimán, presidente vitalicio del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), dijo que «si Juan Manuel Márquez gana a Pacquiao sería una verdadera hazaña, porque ahora es más lento, no tiene la velocidad de antes, no le veo posibilidades».

Una historia similar es, en apariencia, la de Casamayor ante Bradley.

El cubano fue lanzado al ring como víctima propiciatoria de un púgil que viene subiendo en las preferencias de las televisoras norteamericanas.

Pese a su invicto, Bradley tiene una mancha en su expediente después de rechazar una pelea unificación de título con el británico Amir Khan.

«Probablemente perdí un poco de respeto (por no luchar contra Khan), pero yo voy a ganar todo de vuelta. Todo está bien», dijo Bradley.

Después de ser criticado por una victoria sin brillo sobre Devon Alexander en un duelo de invictos en enero pasado, Bradley cambió de promotor y firmó con Top Rank de Bob Arum, el mago que podría hacer posible la esperada pelea contra e ‘King’ Khan.

«Voy a destruir a Casamayor. Le voy a provocar dolor, le voy a retirar», amenazó Bradley, que nunca se ha caracterizado por una fuerte pelea, todo lo contrario del ‘Cepillo’ cubano.

Empero, la mejor época de Casamayor parece haber quedado atrás. En los últimos cuatro años ha peleado sólo cinco veces, sacando tres victorias y dos derrotas, una de por nocáut ante Márquez (2008).

«Las peleas se ganan sobre el ring y no hablando mierdas. Le voy a destrozar la boca para que no la abra más. Me tiene que respetar porque soy un excampeón, y no estoy acabado», declaró el cubano, que a sus 40 años asegura tener espíritu y gasolina en el tanque para relanzar su carrera.