Hoy existen nuevos códigos. Atrás quedaron los días en que ellos demostraban claramente si estaban interesados en alguna mujer.
Hay nuevos códigos en la conquista amorosa.
Reina el desconcierto entre las mujeres que quieren regresar al circuito de conquista amorosa. Si hacía rato que no salían a la caza de candidatos, ya sea porque estaban casadas o porque habían postergado la búsqueda de una pareja, hoy se encuentran con que los códigos que manejan los hombres no son los mismos que hace diez años.
Y se les hace difícil descifrarlos. Hay una nueva manera de encarar, también de comprometerse con una relación. Si no estamos prevenidas, sufriremos de más, nos matará la ansiedad, y a la larga, veremos herida nuestra autoestima.
Para tener los recursos necesarios con los que hacerle frente a los vaivenes de una nueva relación, el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y psicoterapeuta, autor de «Amores ansiosos y otras cuestiones del amor», ha enumerado los actuales rasgos masculinos de conquista. Información elemental para poder sacarle «la ficha» al galán de turno.
Hoy los hombres disponibles para entablar una relación se caracterizan por:
– Tener buena «labia» y caballerosidad.
– Hacer uso de las redes sociales o páginas de contactos.
– Ser proclives a prolongar las charlas vía chat, que postergan el encuentro.
– Esgrimir un discurso con tinte narcisista, centrado en sus potencialidades y logros materiales. También basado en los fracasos anteriores, por lo que es usual escucharlos decir que las mujeres son todas unas «brujas», demandantes, intolerantes, provocadoras e incomprensivas.
– Exponer la vida laboral y social con la intención de que se respeten sus espacios individuales. Una forma de acotar todo reclamo posterior: «Yo te lo dije desde un principio: mi trabajo y mis amigos son sagrados», se atajan.
– No insistir con el primer encuentro sexual. «Se hacen desear», cosa que suele desestabilizar a las mujeres que terminamos preguntándonos: ¿por qué no querrá llevarme a la cama? ¿Será gay? ¿Impotente?
– Dar señales contradictorias. La presencia de seducción y buena disposición en las primeras salidas no condice con el posterior discurso firme de «no compromiso».
ar.mujer.yahoo.com