A partir del próximo año la alcaldía de Sant Feliu de Llobregat cobrará entre 15 y 35 euros a las personas que tengan un perro. El objetivo es mantener la ciudad limpia y sugrafar los gastos de los expendedores de bolsas de basura para los excrementos caninos.
La cuota varía según el tamaño y la peligrosidad de cada animal y el tope son 35 euros para quienes tienen a un Dobermann, Rottweiler, Pitbull, Bull terrier o Akita como mejor amigo.
De acuerdo al portal semana.com, unicamente quedan exentas de este impuesto las personas ciegas, los propietarios de un perro guía, los adultos mayores que viven solas y quienes adopten un perro del centro de acogida municipal.
Ya varias organizaciones defensoras de animales se han pronunciado al respecto pues temen que, en plena crisis económica, los ciudadanos prefieran abandonar a sus mascotas antes que sumarle a sus cuentas otro impuesto.
Sin embargo, ya existen medidas similares en otros países y han dado buenos resultados. Por ejemplo, los holandeses pagan 121 euros anuales por cada can que tienen y el total del dinero recaudado se reinvierte en el mantenimiento de los parques y en el rescate de mascotas.