París, Francia. La influencia artística de David Bowie, que cultivó el gusto por la experimentación musical hasta el último álbum publicado dos días antes de su muerte perdura en artistas de estilos muy variados.

Más que cualquier otro, Bowie encarnó a la «cultura pop» a través de su permanente preocupación por captar la onda del momento en canciones que lo llevaron a codearse con la música folk, el rock, el funk o el jazz, pero también a través de los personajes y atuendos que creó a partir de fines de los años 1960.



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Su influencia hoy es reivindicada por una cantidad de músicos que, sin necesariamente adherir a toda la discografía del «Thin White Duke», se reconocen en ciertos períodos de un artista camaleónico, homenajeado desde 2013 a través de una gran exposición itinerante.



La desaparición física de Bowie estuvo precedida das días antes por la publicación de su último álbum «Blackstar» cuyo tema «Lazarus» y el videoclip que lo presenta constituyen una reflexión sobre la muerte y la resurrección del artista en su lecho de enfermo.

Tras anunciarse su fallecimiento este lunes, el rapero Kanye West aseguró que David Bowie fue una de sus principales fuentes de inspiración. Madonna dijo estar «devastada» y recordó que el primer concierto al que había asistido fue uno de Bowie en Detroit.

«Una verdadera inspiración», escribió la banda norteamericana Pixies, que acompañó su tuit con una foto que resume la influencia de Bowie en el rock: el cantante aparece rodeado de rockeros como Billy Corgan de los Smashing Pumpkins, Dave Grohl de Nirvana y Foo Fighters o Robert Smith de The Cure.

El sitio especializado norteamericano Allmusic.com, que registra los vínculos entre distintos artistas, detectó más de 120 creadores y bandas influenciados por David Bowie.

– Creando sus propios códigos –
En la lista figuran grupos británicos de rock como Joy Division, cuyo líder Ian Curtis adoraba a «Ziggy Stardust», Radiohead, Suede o Duran Duran. Todos influenciados por el período más «new wave» de Bowie, a fines de los años 1970.

También figuran grupos más inesperados como los rockeros de Kiss, cuya filiación parece radicar más en el gusto por el glam-rock y el maquillaje, o Lady Gaga, especialista de los cambios de atuendo como los practicados por Bowie a lo largo de su carrera.

Con su preocupación por metamorfosearse y mezclar los géneros, la islandesa Björk tal vez sea la que más se le asemeje.

Para todos, la importancia de Bowie radica sobre todo en su capacidad para inventar sus propios códigos: «Era verdaderamente iconoclasta y original», comenta Caroline Sullivan, crítica musical en The Guardian, que el mes pasado visitó la casa natal de Bowie, en el sur de Londres, para un documental.

«La mayoría de las estrellas de rock salen más o menos de uno u otro molde, pero antes de Bowie no hubo ninguno como él y tal vez no vuelva a haberlo».

Su influencia fue a menudo más directa al colaborar con otros: produjo discos para Lou Reed (el álbum «Transformers») e Iggy Pop. También trabajó con Brian Eno en su «trilogía berlinesa» de fines de los años 1970. También se le escuchó cantar junto a Queen, Mick Jagger o más recientemente The Arcade Fire.

Su influencia también se ejerció a través de «covers» o versiones de sus temas. Entre los más notables figuran la famosa versión acústica de «The Man Who Sold The World» por Nirvana en los años 1990 o «Héroes» por los neoyorquinos de Blondie a principios de los 80.