A medida que la crisis del coronavirus mantiene en vilo al gobierno, Estados Unidos ha encontrado en la Casa Blanca una voz que proporciona calma, pero no es precisamente la del presidente Donald Trump.

Mike Pence, su vicepresidente, ha sorprendido a propios y ajenos con su actuación en el papel de zar del coronavirus.



REUTERS/Jonathan Ernst

Aunque se lo ha caricaturizado como dócil y servicial a Trump, sus apariciones casi diarias en la sala de prensa de la Casa Blanca lo han convertido en la cara y la voz de una administración que se esfuerza por emitir un mensaje coherente.

Trump, el showman que es siempre el centro de atención, parece sobrevolar la emergencia del coronavirus, entrando y saliendo del escenario de crisis a través de Twitter o en afectados discursos y repentinas conferencias de prensa.



Pero Pence, el apacible exgobernador de Indiana de 60 años, hasta ahora ignorado por los medios, es quien se encarga del trabajo duro de relaciones públicas.

El domingo, Trump se unió a Pence en el podio de la Casa Blanca para pronunciar un breve monólogo en el que instó a los estadounidenses a «relajarse».

«Nuestro vicepresidente, que está realizando un trabajo increíble, tomará la posta», dijo, y se hizo a un lado.

Era el momento para que Pence saliera una vez más de las sombras.

– Ordenar el desorden –

Encabezar la fuerza de trabajo contra el coronavirus debe figurar entre las tareas más difíciles de la política estadounidense en estos días.

Pence no solo debe coordinar la respuesta del gobierno ante la pandemia. Además debe ordenar el desorden que deja su errático jefe, y todo sin hacerlo enfadar.

Durante semanas, Trump desestimó la amenaza del coronavirus como algo que no merecía tomarse seriamente. Una y otra vez acusó a sus rivales demócratas y a los medios de exagerar la crisis con el fin de debilitar sus chances en la reelección.

En ese contexto, el trabajo de Pence incluye clarificar con frecuencia las declaraciones del presidente, y enmarcar esos comentarios como un apoyo a los dichos del mandatario y no como críticas.

Y aunque lo haga bien, en algunas ocasiones la divergencia entre ambos es imposible de disimular.

El mensaje tranquilizador que intenta transmitir Pence contrasta con el de Trump, que solo ve conflictos en un escenario cada vez más difícil para su reelección en las presidenciales de noviembre.

Cuando Pence elogió al gobernador demócrata del estado de Washington, Jay Inslee, por su respuesta ante uno de los peores estallidos de coronavirus en el país, Trump reaccionó con vehemencia.

«Le dije a Mike que no fuera elogioso», dijo Trump said. «Ese gobernador es una víbora».

Pence no atacó de vuelta, pero cuando la cadena NBC le preguntó sobre los ataques en Twitter del presidente contra los demócratas por la crisis sanitaria, sí dijo algo que fue leído como una inusual respuesta al mandatario, calificando sus palabras como una «retórica irresponsable».

– Un pasado polémico –

El estilo de conducción de Trump desde su llegada a la Casa Blanca en 2017 ha tenido mucho de su personaje en el programa de televisión The Apprentice: un macho alfa todopoderoso que prácticamente no precisa de consejeros porque ya conoce todas las respuestas.

La subordinación de Pence hacia su jefe ha sido un festín para los comediantes de los programas de televisión nocturnos.

«Espero que el virus no se contagie por besar culos», se burló Jimmy Kimmel, conductor de Jimmy Kimmel Live! en la cadena ABC.

Otros críticos han apuntado al controversial pasado de Pence como gobernador, época en la que fue acusado de un mal manejo de la respuesta de su estado a VIH, restar importancia a los riesgos del cigarrillo y, en general, privilegiando su ideología conservadora sobre la evidencia científica.

Sin embargo, en lo que respecta al COVID-19, el vicepresidente se ha ganado incluso a sus críticos al aportar respuestas directas y dar un lugar preponderante a expertos en salud como el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.

Pence «actuó menos como el ‘zar del coronavirus’ y más como un buen secretario de prensa de la Casa Blanca al estilo antiguo», escribió Jack Shafer, columnista del sitio web Politico luego de una de las apariciones públicas del vicepresidente.

«Estaba tranquilo. Fue directo. Fue cortés ante preguntas lanzadas a gritos y compitiendo entre sí».

Eric Swalwell, congresista demócrata y un duro crítico de Trump, le dio a Pence su aprobación tras reunirse con él.

«Crep que tiene un manejo bastante bueno de cómo funciona nuestro gobierno», dijo Swalwell a Fox News. «Francamente estoy más preocupado por el presidente».