Romeo Santos habría aceptado participar en los Premios Soberano, aunque sus organizadores no lo han dado a conocer, según fuentes cercanas a la producción que merecen ser cuidadas de acuerdo al periodista Alfonso Quiñones en su periódico Nota Clave.

Hasta ahora además de Juan Luis Guerra, la única súperestrella real prevista en la gala, los organizadores han anunciado a Yandel, y a «estrellas rutilantes» como Bullin 47 (¿de verdad Bullin 47?), buenoooo… el puertorriqueño Mike Tower, que se presenta cada dos semanas como quien dice, en el paìs, en cuanta discoteca hay del otro lado, y a otro nombrado Jay Wheeler, que está empezando a darse a conocer.



Señala el portal NOTA CLAVE que parece pues que la gala necesita urgente y pide a gritos, la presencia de artistas consistentes, de pegada no en el mundo urbano, sino en la música. Ese acento desaforado en la música urbana y sus representantes, tratando de lograr likes, aceptación y que la gente de los barrios siga la gala, puede pasar factura. Esperemos que exista al menos cierto equilibrio en las propuestas.

Así que no viene mal Romeo, quien habría pedido… que no se anuncie su presencia. Algo que él no osaría pedir ni en Premios Lo Nuestro o Premios La Juventud, que en realidad están por debajo en historia y calidad que Premios Soberano. Esto a pesar de que este año no se realicen en el Teatro Nacional, algo que me sigue pareciendo una perfecta metida de pata.



Aún así, creo que Romeo serían un buen salvavidas para la gala. Y deberían entregarle un Gran Soberano, que bien se lo merece. Sobre todo después de haber brindado aquella gira gratis por 15 localidades del país, denominada «Utopía. Gira por los pueblos».

Esto, claro está, sin que se deje de entregar el Gran Soberano a Doña María Cristina Camilo, que es quien más lo merece con 103 años a cuesta y una larguísima hoja de servicios en la animación, a la locución y la actuación, tanto en televisión como en teatro, radio y cine.

O sea, podrían, deberían, ser dos Gran Soberano: uno a doña María Cristina Camilo y otro a Romeo.

Esto levantaría este Soberano, para el cual uno desea que tenga éxito, aunque Acroarte esté haciendo pasos a lo interno que pertenecen al mundo de la antropofagia. Pero la gala. ¡Ay, sinceramente, para la gala siento en el ambiente más poco entusiasmo que una partida de ajedrez entre un marciano y un quokka!