Pero Dios tuvo misericordia de mí porque yo era un incrédulo y actuaba con ignorancia. 1 Timoteo 1: 13

El hombre es implacable cuando juzga, porque no tiene misericordia; juzga sin amor y sin compasión. Es normal que fallemos, que cometamos errores, que nos debilitemos y que seamos tentados. Todo esto se debe a nuestra naturaleza, la cual Cristo conoció y padeció. Por eso, a la hora de juzgarnos lo hace con amor, exhortándonos a cambiar y fortalecer las áreas débiles que nos hacen caer.



Pero esto no debe ser una excusa para seguir haciendo lo malo y apoyarnos en que siempre nos perdonará, porque cuando nosotros conocemos Su palabra, ésta nos hace libres.

Pablo vio la misericordia de Dios cuando éste lo perdonó de todos sus pecados. Aunque conocía la Palabra no tenía la revelación de ella y actuaba en ignorancia. Éste persiguió y mató a los cristianos creyendo que estaba haciendo lo correcto; por eso fue perdonado.



Pablo en las manos del hombre habría sido sentenciado a muerte, pero el que lo conoce todo tuvo misericordia de él. Llenémonos de Su amor para que podamos ser misericordiosos y dar una oportunidad a aquellos que han fallado por ignorancia, o aquellos que han reconocido que han sido débiles y se dejaron seducir por el pecado.

Por la Pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios