La OTAN inicia este martes en Lituania una cumbre de dos días en la que pretende definir un «mensaje claro» sobre la adhesión de Ucrania, que presiona para ser admitida en la alianza militar.

«Vamos a enviar un mensaje claro, un mensaje positivo, sobre el camino que tenemos por delante», dijo el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg.



Poco antes, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que la OTAN definirá en esta cita un «camino» para el ingreso de Ucrania, aunque sin fijar un calendario preciso para ello.

Las demandas de Ucrania de obtener una hoja de ruta sobre su adhesión a la OTAN, una vez terminada la guerra con Rusia, constituyen el nudo central de la cumbre de líderes de la alianza militar transatlántica.



Moscú arremetió contra el tenor de la cumbre de Vilna, la capital lituana, y afirmó que la cita, que sigue «muy de cerca», tiene «un fuerte carácter antirruso».

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, mantuvo la presión criticando «la incertidumbre» y la «debilidad» de la OTAN respecto a la incorporación de su país.

Según él, dicha actitud alienta el «terror» ruso.

– Por ahora no –

El mandatario ucraniano elevó así al tono, tras afirmar la víspera que «Ucrania merece estar en la alianza», pero reconoció que «ahora no, porque ahora hay guerra».

A pesar de las diferencias internas sobre el asunto, la OTAN pretende  mostrarse unida en su apoyo a Ucrania.

Los países del Este de la alianza presionan para que Ucrania reciba un compromiso explícito sobre los plazos para la adhesión, pero los ‘pesos pesados’ de la OTAN son reacios a ir más allá de la promesa de que Ucrania será miembro de la alianza un día.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el viernes que la adhesión de Ucrania no deberá ocurrir ahora, por la falta de consenso en la alianza y por los riesgos de sumar a un país en plena guerra.

«No creo que haya unanimidad en la OTAN acerca de incorporar o no a Ucrania a la familia de la OTAN ahora», dijo Biden a CNN.

En cambio, la OTAN parece dispuesta a ofrecer a Ucrania una alternativa, eliminando un requisito fundamental, de completar un programa de reformas para poder sumarse a la alianza.

Un grupo de países de la OTAN, en ese escenario, negocia compromisos de largo plazo para al suministro de armas a Ucrania.

Ese suministro no cumple con la ilusión de Zelenski de ver a su país bajo el paraguas protector de la defensa colectiva de la OTAN, pero podría facilitarle el mantener la resistencia a la invasión rusa.

Al llegar a la sede de las reuniones, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que su país entregará a Ucrania misiles SCALP de largo alcance (250 km), capaces de «atacar en profundidad».

El Kremlin no tardó en prometer una respuesta a este anuncio de Francia, que calificó de «error».

Por su parte, en Berlín, el ministerio de Defensa alemán anunció el envío de nueva ayuda militar a Ucrania por valor de 700 millones de euros (unos 770 millones de dólares).

Alemania entregará dos lanzadores para el sistema de defensa antiaérea Patriot, 40 vehículos blindados tipo Marder y 25 tanques Leopard 1 A5, además de 20.000 proyectiles de artillería, detalló el ministerio.

– Sobresalto y alivio –

Fue precisamente la posibilidad de la adhesión de Ucrania a la OTAN el factor que desencadenó la inestabilidad con Rusia, ya que Moscú durante años alegó que ese paso sería considerado una amenaza existencial.

Más allá de la discusión sobre Ucrania, los mandatarios de la OTAN deberán definir y adoptar un nuevo plan estratégico regional para proteger el bloque de un potencial ataque, y discutir sobre los controvertidos niveles de gasto de defensa.

La idea de la OTAN es transformar en un objetivo mayor la meta de que cada país miembro invierta en Defensa el 2% de su PIB, y hacer que invierta «por lo menos» ese 2%.

La víspera de la cumbre la OTAN vivió un sobresalto seguido de un alivio, después que Turquía decidió levantar el veto que había impuesto a la adhesión de Suecia a la alianza militar.

El último obstáculo que resta para Suecia es el bloqueo de Hungría, pero este martes su ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, dijo por su lado que la resolución del caso no es más que una «cuestión técnica».

El Kremlin replicó que la adhesión sueca a la OTAN tendrá «consecuencias negativas» para la seguridad de Rusia.