Menos de dos meses después de insinuar una posible retirada del básquet, LeBron James (Lakers) confirmó que seguirá en activo la próxima temporada de la NBA, la número 21 de su extraordinaria carrera.

«No me importa cuántos puntos más anote, ni lo que pueda o no pueda hacer en la pista», declaró el alero al recoger uno de los galardones de la ceremonia de los premios ESPY, que otorgan anualmente la cadena deportiva ESPN, en Los Ángeles (California).



«La verdadera pregunta para mí es: ¿Puedo seguir jugando sin engañar a este juego? El día que no pueda darlo todo en la pista, estaré acabado», aseguró.

«Por suerte para ustedes, ese día no es hoy», dijo ‘King James’ con una sonrisa, desatando los aplausos de los asistentes a la gala en el Dolby Theatre hollywoodiense.



LeBron, uno de los mejores basquetbolistas de la historia y ganador de cuatro anillos, encendió las alarmas de los aficionados de la NBA el pasado 22 de mayo al dejar entrever que consideraba la retirada tras la contundente eliminación de Los Angeles Lakers ante los Denver Nuggets en los playoffs por un global de 4-0.

«Ya veremos qué pasa de ahora en adelante. No lo sé. Tengo mucho que pensar, para ser honesto» sobre si «seguir adelante con el basquet», declaró James en la conferencia de prensa posterior al último partido ante Denver, en el que logró 40 puntos y 10 rebotes sin descansar un solo minuto.

James, de 38 años, tiene dos temporadas más de contrato con los Lakers pero en la segunda tiene una opción de convertirse en agente libre.

El jugador siempre ha declarado su intención de seguir en la liga hasta jugar con su hijo Bronny, quien puede ser seleccionado en el Draft de 2024.

Este miércoles, James recibió el galardón ESPY por erigirse la pasada temporada como el mayor anotador de todos los tiempos de la NBA, superando el récord de Kareem Abdul-Jabbar.

En la misma gala, Lionel Messi fue reconocido con dos premios a la Mejor actuación en un campeonato, por su triunfo con Argentina en el Mundial de Catar, y al mejor futbolista del año.

El capitán albiceleste, que no acudió a la ceremonia, aterrizó el martes en Miami (Florida) para ser presentado esta semana como la nueva superestrella del Inter Miami de la liga norteamericana (MLS).