Rusia aseguró el viernes que «no se firmó ningún acuerdo» durante la visita del dirigente norcoreano Kim Jong Un al país, una fuente de preocupación para Occidente, que sospecha que Moscú quiere comprar armas a Pyongyang para el conflicto de Ucrania.

«No se firmó ningún acuerdo y no estaba planeado firmar ninguno», declaró este viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ante las preguntas de los periodistas sobre un posible contrato militar o de otro tipo.



Además del armamento que podría suministrar Corea de Norte a Rusia, se sospecha que Pyongyang busca adquirir tecnología para sus programas nucleares y de misiles.

Durante su encuentro el miércoles en el cosmódromo de Vostochni (sureste), el presidente ruso Vladimir Putin y Kim se regalaron mutuamente un fusil, unos presentes considerados simbólicos ante la inquietud occidental.



Ambos mostraron su cercanía. Kim Jong Un aseguró que el acercamiento con Moscú era una «prioridad absoluta» de política exterior y Putin alardeó del «refuerzo» de su cooperación.

El presidente ruso habló de «perspectivas» de cooperación militar a pesar de las sanciones internacionales que pesan sobre Pyongyang por el desarrollo de su programa armamentístico, que incluye pruebas nucleares.

Washington había expresado su «preocupación» por la posible compra de municiones norcoreanas, y Seúl había lanzado una «firme advertencia» contra cualquier transacción de este tipo.

 

– Visita a una fábrica de aviación militar –

 

Kim Jong Un, que llegó a Rusia el martes en su tren blindado, prosiguió este viernes su primer viaje al extranjero desde la pandemia y visitó una fábrica de aviación militar en el Extremo Oriente ruso.

El líder norcoreano se desplazó a una planta que lleva el nombre del cosmonauta Yuri Gagarin y que ya visitó en 2002 con su padre, el expresidente Kim Jong Il, según el gobierno ruso.

Acompañado por el vice primer ministro ruso de Comercio e Industria, Denis Manturov, Kim inspeccionó las instalaciones de producción de aviones de combate y de transporte civil del constructor Sukhoi, antes de asistir a un vuelo de prueba del caza Su-35.

«Vemos potencial de cooperación tanto en el campo de la fabricación de aviones como en otras industrias», afirmó Manturov.

Las autoridades rusas también anunciaron que Kim se trasladará al puerto de Vladivostok para una «demostración» de la capacidad militar de la flota rusa en el Pacífico.

Putin y Kim podrían volver a verse pronto.

El Kremlin confirmó el jueves que el mandatario ruso había aceptado «gustosamente» la invitación del líder norcoreano para viajar a Corea del Norte, sin precisar la fecha del viaje.

Este sería el segundo viaje a Corea del Norte de Putin. En julio del 2000, poco después de llegar a la presidencia, se reunió en Pyongyang con el padre del actual líder norcoreano.

Más de dos décadas después, Rusia se enfrenta a un aislamiento sin precedentes impuesto por las potencias occidentales después de la ofensiva en Ucrania y Putin busca desempolvar las alianzas de la era soviética.

 

– «Violación directa» –

 

La Casa Blanca informó el jueves que el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, se comunicó con sus homólogos de Japón y Corea del Sur para comentar el reciente encuentro entre Kim y Putin.

Ellos señalaron que «cualquier exportación de armas norcoreanas a Rusia sería una violación directa de varias resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas», detalló la Casa Blanca.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ya se había mostrado dispuesto a reunirse con Kim y reiteró la propuesta «sin condiciones previas», según un alto funcionario del gobierno nipón.

«Nos gustaría mantener conversaciones de alto nivel bajo el control directo del primer ministro para lograr una cumbre lo antes posible», declaró a los periodistas el secretario jefe del gabinete del gobierno de Japón, Hirokazu Matsuno.

Seúl, por su parte, está «considerando todas las opciones» en cuanto a la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Moscú y Pyongyang.

«Si Corea del Norte llega a un acuerdo sobre comercio de armas gracias a la cumbre con Rusia, esto sería un acto que amenazaría gravemente la paz y la seguridad en la península coreana», afirmó el ministro surcoreano de Relaciones Exteriores, Park Jin, citado por la agencia Yonhap.

Después de recurrir a Irán para suministrar cientos de drones explosivos, Rusia podría encontrar recursos útiles en Pyongyang, que posee grandes reservas de material soviético y produce armas convencionales en masa.

A cambio, Pyongyang podría recibir petróleo y alimentos rusos, o incluso acceso a tecnología espacial.