El presidente Vladimir Putin celebró este jueves un nivel de cooperación energética entre Rusia y China «sin precedentes», en un momento en el que Moscú busca reforzar sus alianzas en Asia para compensar la pérdida de una gran parte del mercado europeo.

«Las relaciones de asociación global y de cooperación estratégica entre Rusia y China alcanzaron un nivel sin precedentes», declaró Putin en un mensaje publicado en el sitio web del Kremlin dirigido a los participantes de un foro energético Rusia-China en Pekín.



Según cifras comunicadas por el director del gigante petrolero Rosneft, Igor Sechin, en el foro, la energía representa «más del 75% de las exportaciones rusas a China».

«En los ocho primeros meses de 2023, Rusia se convirtió en el principal proveedor de petróleo de China, delante de Arabia Saudita», afirmó Sechin.



Blanco de sanciones de países occidentales por su ofensiva en Ucrania, Rusia busca reorientar sus entregas hacia Asia, aunque esto implique vender ciertos productos a menor precio.

China es hoy en el principal socio energético de Rusia, después de que los europeos le cerraran sus mercadas tras las sanciones y el sabotaje de los gasoductos Nord Stream en el Báltico en septiembre de 2022.

Las exportaciones de gas ruso a China «alcanzarán este año un nuevo récord», aseguró Sechin. «Se suministrarán más de 30 mil millones de metros cúbicos de gas» por el gasoducto «Fuerza de Siberia», ubicado en el Extremo Oriente ruso, detalló.

Moscú espera firmar antes de fin de año la construcción de otro gigantesco gasoducto entre ambos países, «Fuerza de Siberia 2», que atravesará las estepas de Mongolia.