Por miedo a perder sus derechos parentales, Chiara ha decidido irse de Italia, cuyo gobierno de extrema derecha liderado por Giorgia Meloni se opone a los padres del mismo sexo.

«Es una pesadilla», dice a la AFP esta mujer de 46 años, madre de un niño de tres. Con su pareja Christine, solo ven como «única opción» dejar a los amigos, la familia y el trabajo en Italia y mudarse a España.



Italia legalizó las uniones civiles en 2016 pero la ley sobre los derechos parentales en las parejas del mismo sexo es ambigua.

Los ayuntamientos, siguiendo varias decisiones judiciales, registraron estos últimos años tanto a padres biológicos y como no biológicos en las partidas de nacimiento.



Sin embargo, el ministro del Interior prohibió en enero a los municipios registrar las actas de niños nacidos en el extranjero por gestación subrogada, alegando una decisión de justicia.

Poco después, varios fiscales empezaron a denunciar las partidas de nacimiento de menores nacidos de padres del mismo sexo.

Chiara consta como la madre de Arturo, pero al no ser su madre biológica, su partida de nacimiento y sus derechos podrían verse refutados. También le sucedería lo mismo a su segundo hijo, que nacerá a principios de 2024.

«La idea que este bebé pueda ser dado en adopción si Christine fallece, en lugar de dármelo a mí, es una locura», afirma Chiara, que prefiere no dar su apellido.

 

– Inacción de los gobiernos –

 

La más alta jurisdicción italiana ha pedido recientemente al Parlamento clarificar los derechos parentales para las parejas homosexuales pero, de momento, ha sido en vano.

Las parejas del mismo sexo y las madres solteras no tienen acceso a la gestación subrogada y no hay ninguna ley que prevea el registro de niños concebidos en el extranjero por madres homosexuales que dan a luz en Italia.

Alcaldes de ciudades como Roma, Milán, Turín, Nápoles o Bolonia han instado al Parlamento a legislar la cuestión lo antes posible.

Pero en un país de mayoría católica, la inacción de los gobiernos ha acabado con la esperanza de los militantes. Y más aún con la llegada al poder del gobierno de Meloni.

La dirigente del partido de extrema derecha Hermanos de Italia, que se presenta como «madre cristiana», se opone a la «ideología de género» y al «lobby LGTB» e insiste en que los niños sólo pueden ser criados por padres heterosexuales.

Jueces de Milán y Bérgamo ordenaron este año que las partidas de nacimiento de niños de padres del mismo sexo fueran modificadas.

Un fiscal de Padua ordenó al municipio suprimir de forma retroactiva el nombre de las madres no biológicas de las actas de nacimiento desde 2017.

 

– «Como una tía» –

 

Los jueces están examinando actualmente la modificación de los certificados de 37 niños. Entre las familias afectadas figuran Alice Bruni y su pareja irlandesa Brona Kelly, madres de un niño de siete meses.

Suprimir a Kelly de su partida de nacimiento sería considerarla «como una tía, una amiga», aunque «queríamos juntas a nuestro hijo», afirma a la AFP Bruni, de 40 años. «Estaba en la sala de parto conmigo, cortó el cordón umbilical».

Esta mujer lamenta unas condiciones jurídicas desiguales, con sólo 15 minutos en el tribunal para su defensa y errores en los documentos oficiales.

Las parejas del mismo sexo también temen perder los derechos parentales en caso de deceso o de ruptura.

El abogado Michele Giarratano, que representa a 15 familias, explica que los niños privados de un padre «pierden también toda la rama familiar de este padre», y los derechos de sucesión.

Los jueces de Padua se pronunciarán en enero, y podrían enviar el caso ante la Corte Constitucional italiana, cuya decisión podría tener alcance nacional.

Hasta entonces, el alcalde de esta ciudad, Sergio Giordani, que autoriza los registros de las madres del mismo sexo desde 2017, ha dicho que seguirá haciéndolo.

«¿Cómo se puede decir que este es un niño de categoría A y este uno de categoría B? ¿Que este tiene derechos y este no?», se pregunta.