El teniente Pedro Naranjo era piloto de helicópteros de la Guardia Nacional de Venezuela. En mayo del 2018, su padre, el general Pedro José Naranjo Suárez, fue acusado de insurrección y enviado a prisión. En 2022, ambos escaparon del país y terminaron en Estados Unidos.

Pero, a mediados de diciembre de este año, el hijo fue deportado por el gobierno de Joe Biden y ahora está en una cárcel venezolana. A continuación, te contamos su historia



El general Naranjo fue arrestado junto con otros oficiales por supuestamente conspirar para asesinar al presidente Nicolás Maduro, sembrar el caos y perturbar las elecciones presidenciales de Venezuela del 2018, en lo que el régimen chavista denominó como la Operación Armagedón.

Detalla Roger Zuzunaga Ruiz en el portal La Nación, que Naranjo siempre ha negado su participación en el complot, pero fue sometido a un tribunal militar por cargos que incluían rebelión y traición.



La agencia AP informó que en 2021, el general Naranjo fue hospitalizado tras sufrir un derrame cerebral en prisión. Luego, por presión internacional de los opositores a Maduro y de la Organización de Estados Americanos, se le permitió pasar al arresto domiciliario.

Pero cuando se enteró de que esa medida sería revocada, decidió escapar del país. En el 2022, el general y su hijo Pedro Naranjo salieron de Venezuela a través de la frontera con Colombia.

Su hijo ha dicho que nunca conspiró contra el gobierno de Maduro, pero se unió al plan de escape de su padre para asegurarse de que llegara sano y salvo a su destino, indicó AP.

Tiempo después, ambos emprendieron el peligroso camino a pie a través de la selva del Darién; su destino final era Estados Unidos.

El 4 de octubre de este año, cruzaron el río Bravo cerca de Brownsville, en Texas, y se entregaron a la Patrulla Fronteriza.

Luego de diez días de arresto, el general fue puesto en libertad mientras se resuelve su pedido de asilo. Estableció su residencia en Texas. Su hijo no corrió la misma suerte, pues fue enviado a un centro de detención en Louisiana.

El pasado 14 de diciembre, el joven teniente de 27 años fue deportado a Venezuela en cumplimiento de una orden emitida por un juez de Inmigración.

Tras su llegada a Venezuela fue recluido en una prisión militar. “Su único crimen fue ser un buen hijo”, dijo a la AP María Elena Machado, quien ha visto a su hijo dos veces en prisión desde que fue deportado.

La tasa de concesión de asilo a venezolanos fue del 72% en el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre en Estados Unidos, en comparación con el 52% para el resto de nacionalidades, según la Oficina de Información de Acceso a Registros Transaccionales de la Universidad de Syracuse.

El lamento del general Naranjo
“Nunca tuvimos un plan B”, manifestó a la agencia AP el general Naranjo en una entrevista telefónica desde Houston.

“Nunca cruzó por nuestra mente que Estados Unidos, como aliado de la oposición y de las democracias en el mundo, defensor de los derechos humanos y la libertad, hiciera lo que hizo con mi hijo”, agregó.

Como informa AP, Estados Unidos ha reanudado los vuelos de deportación a Venezuela. De acuerdo con Witness at the Border, un grupo de defensa que rastrea datos de vuelos, desde octubre hubo 10 de estos vuelos.

La semana pasada, un grupo autodenominado Independent Venezuelan American Citizens (IVAC) se unió al congresista republicano de Miami, Carlos Jiménez, para denunciar la deportación y posterior arresto de Naranjo hijo a manos del régimen de Maduro, informó AP. La organización dijo que el 12 de diciembre envió una solicitud a la Casa Blanca para que bloquee la deportación, pero no recibió respuesta.

De acuerdo con Ernesto Ackerman, presidente de IVAC, el teniente Naranjo calificaba para el asilo por “miedo creíble”, esto es que su vida corre peligro en su país, debido a que es hijo de un militar que estuvo tres años encarcelado y que es un perseguido político del “régimen de Nicolás Maduro”.

“Llega a un país democrático, con esperanza de que le van a dar un asilo y lo entregan a un capo”, señaló Ackerman a la agencia EFE.

“Es como tomar a un agente de la DEA y enviarlo a El Chapo Guzmán”, dijo Ackerman. “No veo ninguna diferencia”.

El activista recordó que, en el 2020, el Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció una recompensa de 15 millones de dólares para quien brinde información que permita la captura de Maduro, acusado de cargos de narcoterrorismo.

En una rueda de prensa ofrecida en Miami el 19 de diciembre, IVAC denunció que la deportación del teniente Naranjo va a generar un efecto contraproducente entre los miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela que estén dispuestos a “sublevarse contra Maduro”.

“Estos jóvenes, que son los que podrían alzarse en Venezuela, ahora van a coger miedo, van a pensar que los van a devolver”, explicó la organización, de acuerdo con EFE. “Nos quitan cualquier esperanza de liberación en Venezuela”, agregó.

Alivio de las sanciones
La deportación de Naranjo se produjo en momentos en que Estados Unidos está aliviando las sanciones económicas a Venezuela a cambio de la liberación de presos políticos, el cese la persecución a los opositores y garantías de elecciones presidenciales libres en el 2024.

El presidente de IVAC recordó que el Gobierno de Estados Unidos prometió volver a implementar las sanciones a partir del 30 de noviembre si Venezuela no tomaba acciones concretas para revertir la anulación del proceso de las elecciones primarias de la oposición que ganó María Corina Machado, algo que no ha ocurrido.

Además, la semana pasada Biden liberó a un aliado clave de Maduro, Álex Saab, quien fue detenido hace más de tres años y acusado de lavado de dinero.