Por costumbre general cuando pensamos en cerveza, a todos nos llega la imagen de una botella bien fría, con el contenido casi helado, pero la realidad es que eso solo funciona con las cervezas que son conocida de consumo masivo, en el caso de las cervezas artesanales esta regla no se aplica.

La razón por la cual la cerveza se congela, es porque contiene mucha cantidad de agua, además de azúcar, alcohol y otros ingredientes utilizados en el proceso de elaboración. Como resultado, el agua de la cerveza se congela si dejas la bebida en el congelador por tiempo prolongado.



La cerveza se congela en la mayoría de los congeladores. Estos por lo general están fijados por debajo de los 0 grados C, lo que causa que el agua dentro de la cerveza forme cristales de hielo y se congele.

No obstante, debido a los otros ingredientes, la cerveza tiene un punto de congelamiento más bajo que el del agua; por lo tanto, si se deja en un congelador que ronde los 0 grados C, puede no congelarse.



Cuando la cerveza se congela, las moléculas de agua forman cristales de hielo. Estos excluyen al alcohol, el azúcar y las otras moléculas que contiene la cerveza. Esta bebida está compuesta principalmente, pero no enteramente, por agua; por lo tanto, incluso si la cerveza está en su mayor parte congelada, podrás encontrar algo de líquido dentro de la botella o lata, que tendrá mayor contenido de alcohol que la cerveza descongelada.

¿Qué pasa cuando la cerveza se congela y luego se descongela?

Desafortunadamente, cuando la cerveza congelada se descongela, el agua no se mezcla en forma pareja con los otros ingredientes, resultando en una bebida mucho más aguada. Además, la mayor parte de la efervescencia se disipa en el proceso, dejando la cerveza sin gas (incluso si nunca abriste la lata o botella). Si la bebida cambia de temperatura demasiado rápido, el envase puede romperse o explotar, lo que resulta en un desorden oloroso y pegajoso.

¿Entonces cual es la temperatura adecuada para disfrutar la cerveza?

El rango adecuado para servir cualquier cerveza va entre los 3 y los 13 grados celsius. En realidad cada variedad tiene su temperatura ideal , pero cualquier cerveza servida más fria de los 3 grados o más caliente de los 15 , perdería bastante de su forma y no sería una bebida placentera.

El frío hace que los aromas de la cerveza queden escondidos y al mismo tiempo anestesia nuestras papilas gustativas. El calor transforma y modifica los sabores y la textura con la que fue concebida originariamente la cerveza.

En este cuadro que presentamos a continuación, las temperaturas sugeridas al momento de servir la cerveza por estilos.

Temperaturas

Foto: Del libro “Tasting Beer” de Randy Mosher.

Fuente bibliográfica: ehowenespanol.com

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