El trabajo de tres equipos independientes ha permitido reconstruir, casi paso a paso, el camino que siguió el virus zika para conseguir expandirse con facilidad a través de todo el continente americano.

Gracias al análisis de casi 200 secuencias genéticas del patógeno, los científicos han podido trazar cuándo y dónde se inició el brote y cómo logró diseminarse, lo que puede resultar clave para desarrollar armas contra su avance, subrayan.



Tres trabajos publicados en el último número de la revista Nature detallan esta ruta del zika que, según sus datos, se inició en el noroeste de Brasil.

A finales de 2013 o principios de 2014, más de un año antes de que el brote estallara, el virus ya estaba presente en la zona, tal y como ha demostrado el equipo dirigido por Oliver Pybus, del departamento de Zoología de la Universidad de Oxford, que recorrió más de 2.000 km en un minibus equipado con una especie de laboratorio portátil capaz de realizar una secuenciación genética. Los datos obtenidos permitieron a los investigadores estudiar la evolución del virus y componer, a través del seguimiento de determinadas mutaciones, algo parecido a un árbol genealógico del patógeno y a marcar los hitos de su diseminación en el país.



Tras secuenciar 174 genomas del virus, tomados de muestras de pacientes y Aedes aegypti (el mosquito que transmite la infección) en 11 países afectados por la epidemia, el equipo dirigido por Pardis Sabeti, de la Universidad de Harvard, también determinó que el origen del brote se produjo en el interior de Brasil, muchos meses antes de que se confirmaran las primeras infecciones. Según sus datos, tras un primer salto dado a las principales ciudades del país, el virus llegó a Colombia, Honduras, Puerto Rico y otros puntos del Caribe. Y esta llegada se produjo entre cuatro y nueve meses antes de que las infecciones dieran la cara, señalan en la revista médica los investigadores, quienes aclaran que tuvieron que desarrollar un nuevo método analítico para poder obtener información genética útil de las muestras tomadas. Lograrlo era todo un desafío ya que, señalan, la carga viral presente en los pacientes afectados suelen ser baja y desaparece rápidamente del organismo.

Desde el Caribe, el virus llegó a Florida, la puerta por la que se introdujo en Estados Unidos, muestra el trabajo dirigido por Kristian Andersen, del Instituto de Investigación Scripps (EEUU), que también se valió de análisis genéticos de muestras tomadas en mosquitos y humanos. La investigación demostró que, meses antes de que las alarmas saltaran, el zika llegó a Florida en, al menos, cuatro ocasiones. Miami, tal y como señalan los autores de un comentario que acompaña a los trabajos en la revista médica, tenía los ingredientes perfectos para favorecer la transmisión del virus: la presencia del Aedes aegypti y un flujo continuo de personas procedentes de áreas con una incidencia elevada de la infección (a través de cruceros y vía aérea). Sin embargo, no se prendió la mecha de una infección continuada como la que sí se produjo en otros países, informó ABC.

Todos los investigadores coinciden en señalar que, dado que el zika continúa siendo una importante amenaza para la salud pública, es importante desarrollar nuevas y mejores estrategias para hacerle frente. Conocer las peculiaridades del genoma del virus, cómo ha sido la evolución de su ADN y de qué forma se ha diseminado puede arrojar datos muy importantes, no sólo para entender la epidemiología del virus, sino también para poder interpretar cuáles son los nexos que unen esta infección viral con la aparición de defectos congénitos.