Todas los caminos de la elección estadounidense conducen a Pensilvania, un estado considerado clave para el triunfo del presidente republicano, Donald Trump, o su rival demócrata, Joe Biden, en la víspera de los comicios.

Ambos candidatos recorren incansablemente cada rincón del estado que Trump ganó en 2016 por apenas 44.000 votos, menos del 1% de los sufragios, y donde ahora el demócrata Biden aparece como ganador por entre cuatro y cinco puntos porcentuales, según los últimos sondeos.



Biden anunció un desplazamiento de último minuto el martes a Pensilvania para conquistar votantes el día mismo de las elecciones estadounidenses.

El exvicepresidente de Barack Obama estará el martes en Scranton, su ciudad natal, y también viajará a la ciudad más grande del estado, Filadelfia.



Biden ya celebró varios mítines en el estado de 13 millones de habitantes el domingo y regresó este lunes, tras una breve parada en Ohio, para otros tres actos, incluido un «drive-in» en Pittsburgh con la cantante Lady Gaga.

«Cada día es un nuevo recuerdo de tantas cosas que están en juego, cuán lejos irá el otro bando para tratar de que la gente no vote», dijo Biden el domingo en uno de sus actos de campaña. «Especialmente aquí en Filadelfia. El presidente Trump está aterrorizado de lo que pueda pasar en Pensilvania».

«Si ganamos en Pensilvania, se acabó», admitió por su lado Trump el sábado en otro acto en el estado.

Después de Texas (38) y Florida (29), Pensilvania es el estado bisagra con más votos en el Colegio Electoral, 20.

 

– «Paciencia» –

 

El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, pidió «paciencia» el lunes en una carta abierta a la población ya que el conteo puede llevar varios días a raíz del elevado número de votos por correo debido a la pandemia de coronavirus.

Algunos estados ya han comenzado a contar esos votos, pero la ley impide comenzar el conteo en Pensilvania hasta el martes.

Trump asegura que el retraso en el conteo puede conducir a un fraude, y anunció que disputará el resultado en Pensilvania antes de que se terminen de contar los votos.

«En la noche, tan pronto cuando termine la elección, iremos con nuestros abogados» a pelear el resultado en Pensilvania, dijo Trump el domingo a periodistas, según el diario The New York Times.

«El presidente no robará esta elección», respondió Biden.

De manera excepcional, la Suprema Corte estadounidense permitió a Pensilvania contabilizar votos por correo que lleguen hasta tres días después de la elección, contra la voluntad de los republicanos. Pero el tema podría regresar al máximo tribunal después de los comicios.

En este estado que forma parte del «rust belt» (cinturón del óxido), marcado por el declive industrial, Biden apuesta a conquistar el voto de personas que no fueron a las urnas en 2016, y a recuperar los de familias blancas de clase obrera y votantes negros urbanos.

Las grandes ciudades de Pensilvania votarán seguramente por Biden, mientras que se espera que el oeste rural y el centro conservador apoyen a Trump.

«Donald Trump ve el mundo desde Park Avenue», la elegante avenida de Nueva York donde residen los millonarios, tuiteó Biden el lunes. «Yo los veo desde donde vengo: Scranton, Pensilvania».

Extremadamente prudente a raíz de la pandemia, Biden, de 77 años, se abstiene de celebrar actos masivos como los que convoca Trump, de 74.

 

– «Funcionará para Joe Biden» –

 

El ritmo de Trump es frenético: este lunes tiene previstos cinco mitines en cuatro estados, incluido uno en Scranton.

Los dos candidatos pelean cada voto en Pensilvania, y Biden especialmente en la comunidad negra de Filadelfia, un electorado tradicionalmente demócrata pero que en 2016 no otorgó el apoyo esperado a la candidata Hillary Clinton.

El domingo Biden hizo campaña en la iglesia Sharon Baptist Church, donde seguidores en unos 50 automóviles habían estacionado para escucharlo.

Aunque Millicent Hunter, una pastora negra de Filadelfia, dice confiar en un triunfo de Biden en el estado, insiste en que «no es momento de descansarse en los laureles».

¿Se inquieta por una posible repetición de lo que ocurrió en 2016, cuando Clinton lideraba los sondeos en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, pero perdió esos estados? La pastora duda.

«Creo que todos vimos esa película, fue una tragedia», dijo esta mujer de unos 60 años. «Pienso que funcionará para Joe Biden», acotó no obstante.

Para Joseph Gidjunis, un fotógrafo de 38 años que trabaja como voluntario en la campaña de Biden, lo que representa Pensilvania es claro.

«Todo el mundo viene aquí a cerrar la campaña porque el estado puede ser la clave de su victoria», afirmó.