Por más de 20 años la Ermita de San Antón, una pequeña capilla católica en la Ciudad Colonial de Santo Domingo ha sido sometida a todas las pruebas climatológicas, del tiempo, el vandalismo y del olvido por lo cual se encuentra en un estado de deterioro progresivo, convertida en guarida de indigentes que usan su fachada para dormir y hacer sus necesidades.

Aunque se mantiene limpia de basura ya que la alcaldía de Distrito Nacional tiene un personal fijo en el lugar, y ha sido protegida por la junta de vecinos de la comunidad, su abandono y falta de mantenimiento está originado que sus paredes y techos empiecen a agrietarse.



Como todos los días, en las primeras horas de la mañana, durante los últimos cuatro años, sin importar que llueva, truene o ventee, Gisela Rodríguez con su rudimentaria pero efectiva escoba de guano barre la plazoleta de San Antón, en la Ciudad Colonial, lugar donde se encuentra el abandonado santuario de oración construidos por esclavos en el año 1502.

El muro lateral, ventanas cerradas y la falta de pintura en la Ermita de San Antón./Foto Jorge González

Ubicada en la Plaza de San Antón, justo detrás del conjunto monumental del convento de San Francisco (ruinas), y muy a pesar del abandono en que se encuentra, la majestuosidad de su arquitectura combina con ese hermoso lugar rodeado de árboles y bellas viviendas que permiten disfrutar de un ambiente citadino y vintage.



Detalla Jorge Gonzáles en EL NACIONAL, que el añejo edificio destaca en la enorme y solitaria plaza, en donde el trinar de los pericos que habitan en los altos robles del lugar inunda el espacio con un sonido armonioso y alegre.

En la actualidad el espacio religioso está precedido por una gran plaza abierta con una larga escalinata en dirección sur-norte y escoltada por dos hileras de viviendas, algunas fabricadas en madera, y las otras en concreto algunas usadas en la modalidad de alquiler Airbnb.

El muro lateral, ventanas cerradas y la falta de pintura en la Ermita de San Antón./Foto Jorge González
“Esta ermita tiene más de 20 años cerrada, y hemos pedido varias veces que sea restaurada a patrimonio. Nosotros tuvimos que ponerle un candado ya que estaba siendo usada por los indigentes de la zona”, Wilson López, presidente de la junta de vecinos de San Antón.

Construcción de la ermita

Esta ermita fue construida por esclavos africanos en el año 1502 y se hizo por orden de Nicolás de Ovando en el 1502 en honor al monje Antón Abad (monje cristiano que fundó el movimiento eremítico) quien fundó el movimiento eremítico en Santo Domingo.

Construida con el diseño de espíritu gótico y sobriedad con que se construían las iglesias barriales del periodo colonial en Santo Domingo. Levantada básicamente con piedra, y además con ladrillos como elemento complementario en muros secundarios.

Es de una sola estructura con dos espacios laterales, al este y al oeste, para funciones de sacristía y sala parroquial.

En 1586 esta ermita fue incendiada durante la invasión del pirata inglés Francis Drake. Luego de restaurada fue destruida nuevamente por el ciclón San Zenón en el 1930, después de haber sufrido deterioros anteriormente a consecuencia de fenómenos naturales, descuido y el tiempo.

Descripción

La edificación de la ermita muestra una gran sobriedad de arquitectura gótica y religiosa. Posee en el centro un enorme portón de dos secciones, sostenidas por pedestales de piedra, originales y terminados en una franja en ladrillo.

En el ángulo oeste, se observan piedras de cantería del muro original que fueron conservadas tras la reconstrucción de la obra. El nivel de la ermita está sobre elevado con relación a la plaza, por un gran podio que presenta una escalinata en piedra y ladrillo, la que permite acceder al espacio religioso.

Da pena y vergüenza que esta pequeña iglesia esté en estas condiciones estando en el lugar más visitado por los turistas que vienen a Santo Domingo.